Una empleada de la gasolinera situada en el núcleo torroxeño de El Morche, M.C.R.G. de 46 años de edad, resultó este pasado martes herida leve como consecuencia de recibir hasta tres disparos con la pistola de perdigones que un atracador usó para intentar sustraer una de las cajas principales del establecimiento. Ayer, tras su paso por el ambulatorio de Torrox y la posterior inspección en el Hospital de la Axarquía, donde se descartaron lesiones de importancia, la mujer pudo regresar por la tarde a su puesto de trabajo.

Ocurrió a las diez de la mañana, a una hora en la que la intensa actividad matinal se interrumpe en parte. El gran despliegue policial posterior sí que no escapó a la atención de ningún vecino. «Todo el mundo me pregunta sobre el susto que pasé. Y lo raro de este caso es que el atraco me lo tomé a guasa. Pensaba que se trataba de una broma. Entró el atracador, hizo varias compras en la tienda, pagó y, justo al irse se dio la vuelta, puso la pistola en el mostrador y me pidió la caja». El relato de esta trabajadora resulta asombroso, porque nunca perdió los papeles: «Era el día de mi cumpleaños y llegué a pensar que era un regalo. Una sorpresa. Pero por si acaso, al poner la pistola pulsé el bloqueo para evitar que se llevase la recaudación de la caja», agrega.

Dos disparos en una pierna. Ante la tranquilidad que mostraba la mujer, el hombre optó por acceder al interior del mostrador de la tienda, situada en la acera norte de la gasolinera –ubicada en el kilómetro 280 de la antigua carretera N-340–. «Me había dicho que me iba a pegar un tiro en la cabeza y yo le respondí que qué estaba diciendo, que si me mataba, pues que una menos», manifestó ayer, aún sin alterarse al recordar este episodio.

La empleada recibió entonces un primer disparo a la altura de la cintura, y que afortunadamente se encontró en su trayectoria con el cinturón. Los otros dos tiros fueron directos a una pierna. Pero los plomos no quedaron alojados en su cuerpo y, después de la exploración médica, las heridas le fueron diagnosticadas como leves. Uno de los primeros clientes en saludarla ayer, ya de vuelta a su puesto de trabajo, bromeaba: «No tienes ni un día de baja. Pues sí que es verdad que está la cosa mala».

Una vez que el ladrón huyó sin su propósito principal, debido a que apenas pudo sustraer la mínima recaudación que se había acumulado en la hora anterior, la víctima intentó sin éxito detectar la matrícula del vehículo que hubiese podido emplear. «Miré rápido, pero salió corriendo a pie y hacia otras calles. Es lo que luego les dije a los policías, que al parecer buscaban a otra persona con las mismas características y de menos de 30 años de edad, por un reciente atraco a un estanco de la zona de Torrox Costa», aclaró.

Todo ocurrió muy rápido, pero la mujer, con la distancia de las horas, ha podido revisar los pasos que previamente había dado el atracador hasta sacar la pistola. En un principio se encontró con una «muchacha» que había acudido al establecimiento para realizar la recarga de su teléfono. La esperó sin prisas, mientras miraba productos de la tienda, hasta que, despejado el camino y con la única compañía de la empleada, sacó una bolsa de plástico con el arma.

«Lo primero que pensé es que había sacado su propia bolsa para las cosas que había comprado. Y pensé en lo apañado que era, en que se había preocupado de traer la bolsa. Pero luego vino la sorpresa, que no tenía nada que ver con que el martes era el día de mi cumpleaños», matizó.