Además de frito o en vinagre, el boquerón puede formar parte de elaboradas creaciones culinarias y servir de inspiración para exquisitos platos. Con este objetivo se celebró ayer el I Concurso de Cocina El Boquerón Victoriano en Rincón de la Victoria, donde diez cocineros de distintas escuelas de hostelería hicieron del boquerón uno de los ingredientes clave de sus obras.

Combinado con verduras y vegetales en lo que se denomina «pecado de mar y tierra», mezclado con otros productos de la zona como el vino moscatel de Moclinejo y el ajoblanco de Almáchar nacen los «Raviolis de ajoblanco, victorianos y moscatel», que pueden transformarse en un plato ligero y sabroso como la «ensalada de pimientos con chanquetes de boquerón». Unos exquisitos manjares para comer con la vista que se pudieron contemplar en el hotel Calabahía de Rincón de la Victoria.

«El boquerón puede dar mucho juego en cualquier plato, ya sea un primer o un segundo e incluso formar parte de un aperitivo. Además, puede prepararse de diferentes formas», comentaba Chari Torres, de la Escuela de Hostelería de Benalmádena, mientras preparaba su plato en la cocina del hotel.

Pero incluso el clásico boquerón frito también tiene su secreto. El coordinador de cocina Adolfo Jaime señaló que una de las claves «es el aceite de oliva virgen, ya que tiene que ser fuerte y abundante. Y cuanto menos tiempo, mejor; para que esté crujiente por fuera y jugoso por dentro, que no quede seco, ya que así pierde su sabor». «No todo el mundo sabe freír un pescado; requiere una técnica, que tenga poca harina, y darle su tiempo en la freidora», destacó Jaime. El chef Dani García resaltó el valor de las creaciones culinarias, ya que el boquerón victoriano «es sumamente pequeño por lo que no es un producto fácil para crear un plato de lo que se denomina alta cocina». Hoy y mañana habrá degustaciones gratuitas en Rincón, además de conciertos y actividades para los niños.

Primer premio para la «moraga victoriana». El plato denominado «moraga victoriana», elaborado por Rafael Castillón, de la Escuela de Hostelería de Córdoba, fue el que se llevó el primer premio del concurso de cocina. Una de las peculiaridades de este plato es que el boquerón se presenta, a modo de ensalada vegetariana, en un caldo elaborado con las propias espinas y las vísceras del pescado, «que lo hacen muy similar en su sabor al antiguo garum», indicó el propio Castellón. Además, se sirve acompañada del jugo del tomate y con una particular granizada acompañada con hierbaluisa y lima.