Sabíamos que no había otro cementerio redondo en España, así como que su trazado podría asemejarse al de un octógono, como el que presenta la cercana iglesia de Santa Catalina. Pero lo que todavía no estaba certificado era el posible origen masónico de toda su simbología interior. El alcalde de Sayalonga, Antonio Pérez (PP), es rotundo: «Los estudios de Valentín Fernández, un investigador local, demuestran desde ahora lo que se sospechaba en el pueblo».

Y es que el pasado año comenzaron los análisis para descifrar las múltiples figuras que muestran un auténtico laberinto masón por el interior del camposanto. Un avance del estudio que próximamente será presentado en sociedad, según avanza Pérez, está disponible en YouTube desde hace unos días.

El historiador Valentín Fernández fija ahí el año de construcción del cementerio redondo en 1840 y le atribuye a Pedro Gordillo, arquitecto de la Catedral de Málaga, la posibilidad de que lo diseñara: «Él, probablemente, era masón». En la «búsqueda» de elementos «que son propios de la masonería» ha hallado «columnas», vinculadas a la sabiduría, la fuerza y la belleza; «triángulos», empleados para representar la sabiduría, la perfección y la armonía; «tres escalones», como camino de la perfección a seguir por el masón; o «pirámides truncadas», donde se da a conocer «la elevación de pensamientos humanos».

Fernández ha localizado también «el sol», unido a los «solsticios» que son «momentos vitales para los masones». Entre las investigaciones de las que el Ayuntamiento de Sayalonga ha empezado a dar cuenta aparece además otro rastro: la fundación en 1920 de la «Sociedad La Iniciación».

El regidor del municipio axárquico reconoce el interés que ha despertado el camposanto «desde que se empezó a especular con el origen de su simbología». Y agrega que cada vez es más importante este cementerio «como monumento único en España». De hecho, decenas de turistas volverán a abarrotarlo el 1 de noviembre, como años anteriores, desde primera hora de la mañana.

Deslizamiento del terreno

Pérez reconoce la importancia del elemento funerario que tanto interés despierta en estas fechas. Y también destaca su preocupación por mejorarlo día a día. En breve se van a invertir unos 37.000 euros para mejorar el firme y la jardinería de la parte nueva, «por un deslizamiento». E incluso se va a plantear para el próximo año que se redacte «un proyecto que permita la ampliación del número de nichos en estas instalaciones».