La sección de Medio Ambiente de la Fiscalía de Málaga acusa a un técnico municipal de Frigiliana de un presunto delito de prevaricación al emitir informes favorables a la concesión de tres licencias para la construcción de un almacén de aperos, una alberca y un muro, pese a que lo edificado finalmente no se correspondió con lo solicitado en los permisos: el vecino se hizo una casa para los fines de semana. Éste y un arquitecto técnico también han sido acusados.

El técnico se enfrenta a un año de cárcel, a una multa de 18 meses con una cuota diaria de diez euros y a ocho años de inhabilitación; al particular y al aparejador se les acusa de un delito contra la ordenación del territorio: a los dos se les pide un año de cárcel y multa, y al arquitecto técnico además un año de inhabilitación para ejercer su profesión.

Según consta en el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, el vecino adquirió una finca rústica de 3.679 metros cuadrados en Frigiliana «con la intención de construir una casa para pasar los fines de semana».

Para ello, contrató a un arquitecto técnico, que redactó el proyecto para edificar una casa con piscina en suelo no urbanizable, dice el fiscal. Éste era conocedor de las dificultades para legalizar semejante construcción, «diseñó una edificación de 40 metros cuadrados, con tejado a dos aguas, presentando dos proyectos separados para levantar un almacén de aperos y una alberca».

Así, el 22 de diciembre de 2005 ambos pidieron al Ayuntamiento dos licencias de obra. El técnico municipal, «conocedor de la finalidad recreativa de la edificación y de la simulación procedimental empleada, informó favorablemente la concesión de las licencias», dictamen que asumieron el alcalde y la secretaria.

El 28 de julio de 2006, el acusado pidió otra licencia para construir un carril y arreglar un muro de hormigón, que le fue concedida con el informe favorable del empleado municipal. Dos años después, siempre según la Fiscalía de Málaga, el arquitecto certificó el final de obra del almacén y la alberca, pero lo que se construyó era muy diferente: «Una casa de altos techos, preparada la distribución para cocina con azulejos e instalación de fontanería y eléctrica a los niveles adecuados, aunque aún sin tabiques, baño, chimenea en salón, altillo de madera y una piscina con ducha en zona de esparcimiento de cemento enlosado». Sobre éste había una piscina.

El 2 de junio de 2008, el habitante de Frigiliana, usando ese certificado, pidió licencia de primera ocupación, de tal forma que intervino de nuevo el técnico acusado, «que informó favorablemente a su concesión» como si se hubieran levantado una alberca y un almacén, «pese a incorporar fotos de la realidad construida».

La vivienda de recreo en suelo no urbanizable no se encuentra amparada en las licencias «fraccionadas para la construcción del almacén, alberca y carril, conociendo los acusados que sus actos se realizaban para ocultar las verdaderas finalidades del proyecto y eludir los requisitos» legales. El juicio se celebra pasado mañana en el Juzgado de lo Penal 2.

@saumartin