Más de 2.000 budistas de 50 nacionalidades se reúnen estos días en el centro Karma Guen, ubicado en una pequeña aldea de Vélez, para participar en la experiencia o curso anual de meditación convocado por sus responsables, que tendrá lugar desde mañana hasta el 12 de junio.

Pedro Gómez, promotor de este centro, ha explicado hoy a Efe que esta experiencia de meditación, que será impartida por Ole Nydahl, uno de los pocos lamas occidentales existentes, es conocida como powa o proceso de la muerte.

"Lo que se persigue con este curso es conocer cómo la mente o la conciencia es capaz de liberarse en el momento de la muerte, gracias a esta forma de practicar la meditación, y se puede conseguir un estado puro de felicidad completa", ha indicado Gómez, que adquirió en 1981 el pequeño núcleo de Aldea Alta cuando era un diseminado en ruinas.

Gómez se identificó con el budismo y en 1987, decidió crear Karma Guen, un enclave en el que la gente tuviera la oportunidad, de forma económica, de meditar y hacer retiros.

De esta forma, la Aldea Alta se ha convertido en uno de los principales centros del budismo del Camino del Diamante, una rama laico que se practica sin necesidad de ser monje y en el que llevando una vida normal se puede llegar a la liberación y la iluminación, gracias a los métodos que dio el Buda histórico hace 2.500 años, según Gómez.

Ha resaltado lo popular que se está haciendo el budismo, y ha vaticinado que en un futuro, será "parte íntegra de la sociedad, puesto que da libertad para desarrollarse espiritualmente y lo que Buda enseña es a salir del sufrimiento y conseguir la felicidad, algo que queremos todos los seres humanos".

Mientras tiene lugar la experiencia de meditación, las laderas sobre las que se ubican las casas y edificios del complejo se llenan con las tiendas de campaña de los budistas que se desplazan desde diferentes rincones del mundo.