Tras las detenciones de doce personas en febrero de 2009, llegaron los registros domiciliarios y de dependencias municipales de Alcaucín. En la casa del exalcalde socialista, José Manuel Martín Alba, más conocido como El Calayo, los investigadores hallaron hasta 160.000 euros debajo del colchón. Éste los justificó asegurando que eran los ahorros de toda la vida. La Guardia Civil lo considera un sólido indicio de los supuestos sobornos cobrados, aunque eso está por ver.

En diversos informes, la Guardia Civil insiste en que el exregidor, por ejemplo, no justificó la procedencia de tres de los cuatro vehículos que poseía. En apenas cuatro años, reza en uno de esos estudios, recibió cuatro cheques, uno de ellos de hasta 7.000 euros.

Martín Alba se refería al dinero como «lana» en las conversaciones telefónicas intervenidas por los investigadores, que además destacan su especial relación con el arquitecto José Mora.

Básicamente, Arcos es una trama que permitía la construcción de casas en suelo rústico o no urbanizable que luego eran legalizadas por el Ayuntamiento; los informes o no existían o eran presuntamente falsos, siempre según el Instituto Armado. Todo ello regado de los correspondientes pagos de empresarios o particulares interesados en desarrollar un determinado suelo o en legalizar una vivienda.

En toda la Axarquía hay 20.000 casas en suelo rústico. El crecimiento demográfico de Alcaucín entre 2000 y 2008 fue del 65%. Para absorber a toda esa población, Martín Alba trató de legalizar todo el extrarradio del municipio. Sin embargo, él siempre ha defendido su inocencia. De hecho, a la juez le dio que todo «estaba bien hecho» en cuanto a disciplina urbanística.