Ya está en marcha la cuenta atrás para que el Ayuntamiento de Vélez Málaga, el próximo 14 de septiembre, inaugure el primer Centro de Arte Contemporáneo que Andalucía ofrezca fuera de una capital de provincia. El antiguo «palacete» de la calle Félix Lomas que albergó el colegio Nuestra Señora de la Presentación ha sido totalmente restaurado, con una inversión próxima a 2,6 millones de euros, para albergar siete salas expositivas y un «anfiteatro» para actos.

En concreto, la capital de la comarca de la Axarquía abrirá al público un recinto de más de 800 metros cuadrados de superficie, distribuidos bajo el prisma del reconocido arquitecto Juan Miguel Hernández León. El primer museo andaluz de arte emergente no localizado en una capital provincial brindará como «primera muestra temporal» una antológica que marcará un antes y un después, según sus responsables, en la memoria de la pintura malagueña contemporánea. Y es que su protagonista será el pintor Paco Hernández, fallecido en abril del pasado año a la edad de 80 años y artífice de algunos de los frescos más importantes de los templos parroquiales axárquicos.

Quien fuese en vida proclamado Hijo Adoptivo de Vélez Málaga, inspirado en Picasso, Durero o Rembrandt, llegó a convertirse en uno de los pocos artistas españoles con obra expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo de El Vaticano. En concerto fue seleccionado su lienzo Martirio de San Pedro.

El nuevo CAC, que se localiza precisamente en una de las arterias principales de los recorridos procesionales de la Semana Santa veleña, que más de una vez sirvieron de inspiración a Hernández a lo largo de su trayectoria, acogerá otras instalaciones complementarias de interés para el visitante.

Delgado Bonilla ha recordado que se abrirán tanto una cafetería como una tienda-librería, con las más modernas tecnologías y acorde a la vanguardia de este nuevo espacio museístico. Pero el «anfiteatro», disponible como salón de actos o para audiciones y conferencias, también se complementará con salas para talleres y varias aulas formativas. Porque a las tres plantas principales hay que sumarle un sótano adicional, de almacén.

El arquitecto, Hernández León, remarca «la tranquilidad aparente» que ha permitido transformar un espacio empleado como lugar de residencia señorial y también como centro educativo en «centro vanguardista para las más diversas corrientes artísticas».

«Esta obra de recuperación y rehabilitación del antiguo edificio ha logrado que difícilmente se perciba lo complicado de la actuación realizada en el inmueble, que se encontraba en ruinas». De hecho se ha tenido que reconstruir por completo la fachada principal, tras «recuperar» los «elementos ornamentales». Y, asimismo, hubo que reinterpretar, en palabras del técnico, el patio central, ante la situación de deterioro en la que se encontraba. Por el mismo se adentrará la luz, aunque «domesticada».