Victoria Ordóñez ha vivido desde muy pequeña la tradición familiar de apostar por la calidad en la elaboración de los vinos. Pero es ahora, como directora general del Grupo Jorge Ordóñez, cuando es más consciente de que el futuro de la gastronomía malagueña para recuperar posiciones perdidas pasa por apostar por fórmulas ancestrales. Así lo argumenta en esta entrevista.

¿Qué ha supuesto para su empresa que algunas de sus más brillantes variedades puedan ser protagonistas en la reciente Gala que en Nueva York presidió la Reina Sofía?

Es un auténtico placer que nuestros vinos estén en este acto tan representativo para la cultura española y latinoamericana. Nos esforzamos cada día para que nuestros vinos ofrezcan la mejor expresión del terruño español y reconocimientos como éste son toda una recompensa. En este caso han estado presenta el Botani Moscatel seco, Botani Espumoso y el naturalmente dulce Nº2 Victoria.

¿Considera que la Costa del Sol y más concretamente la Axarquía aún no ha conseguido recuperar en ciertos mercados internacionales la importancia que llegaron a tener hace un siglo derivados autóctonos de la uva como la pasa moscatel?

En los últimos años, los vinos malagueños elaborados con la tradicional uva autóctona, la moscatel de Alejandría, han logrado situarse entre los más prestigiosos del mundo y con mayores puntuaciones de los grandes expertos internacionales, gracias al trabajo realizado por nuestra bodega y por otras. En nuestro caso, uno de los secretos del éxito es que hemos elegido las viñas más viejas de Almáchar, algunas con más de 100 años, en el corazón de La Axarquía de Málaga, situadas entre la montaña y el mar; y recuperar los sistemas tradicionales y más naturales de elaboración de vino dulce que se utilizaban hace siglos, cuando los vinos dulces de Málaga tenían un enorme prestigio internacional que ahora se está recuperando. Podemos decir, con orgullo, que Bodega Jorge Ordóñez ha llegado a la cima del mundo con unos vinos ricos en azúcares, con inconfundible aroma a miel y azahar, a uvas frescas y dulces.

¿Hasta qué punto miman sus caldos como apuesta decidida por la calidad? ¿Qué vanguardias aplican hoy por hoy a una tradición tan antigua como la que emplean para obtener sus caldos?

En nuestro caso, Jorge Ordóñez pidió al enólogo austriaco Alois Kracher, número uno indiscutible de vinos dulces en su país y uno de los más reconocidos del mundo para este tipo de caldos, que trabajara con nosotros. De la unión nacieron los cuatro moscateles naturalmente dulces, Nº1, Selección; Nº2, Victoria; Nº3, Viñas Viajes y Nº4, Esencia, además del primer moscatel seco de Málaga, Botani, uno de los blancos preferidos de Robert Parker, gran gurú mundial del vino e impulsor de The Wine Advocate, la denominada Biblia de los amantes de los buenos caldos.

Algún otro secreto confesable deben tener ustedes.

El milagro de los vinos de Jorge Ordóñez es fruto, en primer lugar, de la elección de las uvas, procedentes de viñedos muy viejos, situados en la zona de alrededor del pueblecito de Almáchar, en el corazón de la Axarquía y a 15 kilómetros de Vélez Málaga. Son uvas muy especiales, de grano grande, muy aromáticas, identificadas tradicionalmente con la comarca oriental, pero que se destinaban, en su gran mayoría, a la producción de pasas. Dichas viñas crecen en unas pendientes muy pronunciadas y secas, lo que exige que la recolección final se realice a mano. Es, de hecho, una de las últimas zonas vitícolas de Europa donde la recolección se realiza a mano y los cestos de uvas se transportan con mulos.

¿Qué nos puede decir acerca de ese revolucionario espumoso moscatel?

Otra novedad de Bodegas Jorge Ordóñez en la denominación de origen de Málaga ha sido la recuperación del sistema de producción de vinos naturalmente dulces. Dicho sistema, donde no se añade alcohol al vino, se utilizaba hace más de un siglo, pero cayó en desuso, entre otras razones, por la dificultad de elaboración y por la preferencia del mercado de entonces por los vinos ajerezados. El año pasado lanzamos Botani tinto garnacha que ha tenido un enorme éxito y este año Botani Espumoso del que me habla usted, el primer espumoso de Málaga que ha logrado 92 puntos Parker en la primera añada, lo que es todo un triunfo.

¿Cuáles son las cifras de producción de Bodegas Ordóñez en la actualidad y con qué números esperan cerrar este ejercicio en número de botellas?

En la bodega de Málaga, la producción el año pasado fue de 150.000 botellas y para este año tenemos una estimación de 180.000 botellas.

¿Cómo podría usted resumirnos los orígenes de esta empresa familiar y esos retos de futuro que tienen ante sí las próximas generaciones de Bodegas Ordóñez?

Mi hermano Jorge, primer importador de vinos españoles exclusivos en Estados Unidos, y yo creamos la bodega de Málaga en 2004, junto con otros socios, protagonizando una auténtica revolución en la denominación de origen Málaga, de alcance internacional. Los vinos duces de Málaga han gozado históricamente de renombre internacional. Fueron tan aclamados que en 1791 el embajador de España en Moscú obsequió a la emperatriz Catalina II de Rusia con unas cajas de dichos caldos. La soberana quedó tan satisfecha y sorprendida por su excelencia que decidió quitar los impuestos a estos vinos cuando se exportaran a Rusia. Pero la decadencia de los vinos dulces de Málaga comenzó a finales del siglo XIX, con la plaga de la filoxera y siguió en el XX, pues este tipo de caldos dejó de estar de moda. Ese declive provocó la bajada de calidad de los sistemas de recogida de las uvas y producción de dichos vinos dulces de Andalucía. Bodega Jorge Ordóñez ha logrado volver a situar a los vinos malagueños elaborados con la tradicional uva autóctona, la moscatel de Málaga, entre los más prestigiosos del mundo y con mayores puntuaciones de los grandes expertos internacionales. Posteriormente, hemos ido articulando el Grupo Jorge Ordóñez, primer grupo de bodegas boutique de España con producción de vino en 13 denominaciones de origen. De esta forma, uno de los retos de futuro, fundamentalmente, es seguir fortaleciendo el Grupo Jorge Ordóñez como primer grupo de bodegas boutique de España. En Málaga, mantener crecimientos de la producción del 20 por ciento en los próximos años.

¿De qué manera ha cambiado en un año la posición de las Bodegas en un sector tan competitivo como el de los vinos, a raíz de que tuviesen una presencia destacada en la última Gala de los Premios Nobel en Estocolmo?

Ha influido en la comercialización con el consiguiente aumento de las ventas. También ha coincidido que hemos impulsado fuertemente el área comercial de la bodega. En este sentido, nuestro Grupo Jorge Ordóñez inició la distribución directa a través de su propia empresa Comavi, Compañía Malagueña de Vinos, a principios de 2013 en la provincia de Málaga. Con tan buena acogida, que hemos decidido extender su radio de acción a dos nuevas provincias, Córdoba y Cádiz. Entramos en el mercado de la comercialización porque considerábamos que así mejoraríamos notablemente el servicio que ofrecemos a nuestros clientes, fundamentalmente restaurantes, hoteles y vinotecas.

¿Cómo se desarrolla ese proceso de comercialización?

La idea es que nuestros vinos lleguen al consumidor final en condiciones óptimas y que éste pueda disfrutar de la misma calidad que si estuviera en bodega. Para ello, es fundamental respetar la cadena del frío: los vinos salen directamente de los almacenes climatizados de la bodega hasta el restaurante o la tienda, donde se entregan en 24 a 48 horas, sin rutas fijas. Así que ofrecemos, a la vez, calidad y servicio. Al igual que hacemos para los vinos destinados a la exportación. Este ha sido, desde siempre, una de las claves del éxito de Jorge en Estados Unidos: las condiciones de transporte en temperatura controlada.

¿Y consiguen llegar a todos los consumidores? ¿Ofrecen un precio ajustado dentro de los parámetros de calidad por los que han apostado ustedes?

Es una de las vías en las que trabajamos, la venta directa. Como es obvio, con ella hemos podido ajustar ligeramente los precios de los vinos, en beneficio también del consumidor final y de la tienda o el restaurante, que aumenta la venta por la mayor rotación de los vinos. Esperamos que esta iniciativa contribuya a seguir incrementando la cultura de los vinos excelentes en Andalucía.

Los tres Botani: moscatel blanco seco, tinto garnacha y espumoso

La carta de vinos con la firma de Bodegas Ordóñez no deja de incrementarse, con variedades que han superado los más elevados listones en cuanto a la apuesta por la calidad que caracteriza a estos caldos, dignos de los más delicados paladares. ¿Pero qué prefieren tomar los malagueños cuando se sientan a la mesa y quieren probar una de las especialidades de esta firma? Victoria Ordóñez responde en el contexto de la nueva firma de distribución, Comavi, que ha permitido repartir sus vinos en las mesas de media provincia. En este sentido, aclara que los vinos del Grupo Jorge Ordóñez más demandados en Málaga durante este primer año de distribución han sido los tres Botani: el moscatel blanco seco, el tinto garnacha y el espumoso.

Pero no sólo han alcanzado las mayores cifras estas tres peculiares variedades de Bodegas Ordóñez. Le siguen los vinos Tarima y Tarima Hill de Alicante; Volver de La Mancha: Nisia de Rueda y Avanthia Godello de Valdeorras. «El éxito conseguido y el incremento de ventas durante el año de funcionamiento de Comavi nos ha llevado ahora a continuar por Cádiz y Córdoba, dos mercados donde la gastronomía y la restauración están en auge, con un aumento de la demanda de vinos de calidad», argumenta Victoria Ordóñez.

Entre los expertos que contribuyen a conseguir estos éxitos figuran «algunos de los mejores enólogos procedentes de todo el mundo: Gerhard Kracher, Alistair Gardner, Chris Ringland o Rafael Cañizares». Nombres que se combinan con la elaboración artesanal heredada de padres a hijos.