Una mujer de 69 años de edad, cuya identidad no había sido comunicada al cierre de esta edición, vecina de Málaga capital, murió ayer degollada en el paseo marítimo de La Cala del Moral, minutos después de las doce del mediodía, presuntamente por otra mujer de unos 50 años que ayer aún no había sido detenida.

No obstante, a última hora de la tarde apareció un bolso manchado de sangre en un contenedor que podría ayudar a esclarecer los hechos. Los investigadores barajan como móvil un posible robo, entre otras hipótesis. Así, mantienen abiertas otras líneas de investigación y no se descarta que víctima y agresora mantuvieran una relación. Con muy pocas pistas sobre la causa, la Policía Local señaló que los primeros esfuerzos se centraron en localizar el arma con el que la víctima había resultado herida mortalmente. Justo en el momento en el que ocurrieron los hechos, no pocas personas transitaban por el paseo marítimo Blas Infante, situado en el extremo más occidental de Rincón de la Victoria. Sin embargo, fuentes de la investigación señalaron que apenas había un testimonio directo. De ahí partió una primera información sobre la edad de la supuesta agresora, que emprendió la huida a toda velocidad, en dirección a la antigua carretera N-340 y a través de la calle Estación. La puñalada mortal a la víctima, natural de Málaga capital, la había asestado en la vena aorta, de ahí que el fallecimiento fuera casi instantáneo.

A partir de ese momento, todo fueron conjeturas. Según las versiones de varios testigos, la presunta agresora habría mantenido una discusión previa con la víctima. Las hipótesis iniciales apuntan a que ambas mujeres habían llegado al entorno del paseo marítimo procedentes de algún bar o restaurante cercano, al no haber constancia alguna de que la víctima residiese en La Cala. Una mujer de unos 50 años, rubia, de pelo corto y con ropa gris y verde, es lo que especificaban algunos comerciantes acerca de la descripción de la agresora. La Guardia Civil acordonó un extenso perímetro en las calles más cercanas e incluso se dirigió a numerosos establecimientos en los que poder encontrar huellas de la homicida.

Ni el alcalde, Francisco Salado, ni concejales de su equipo de gobierno, que desde poco antes de las dos y media de la tarde se personaron en el lugar de los hechos, arrojaron mucha más luz sobre lo ocurrido. Uno de los efectivos policiales consultados por este periódico matizó el hecho de que se hubiese producido en un paseo marítimo y a una hora en la que pudiesen coincidir testigos. Explicó que el banco elegido miraba al mar y quedaba semioculto por el chiringuito que existe junto a la antigua estación.

También confirmó que la testigo presencial de los hechos acudió donde se había producido el asesinato junto a un conserje municipal. Fueron los encargados de dar la voz de alarma. El caso está bajo secreto de sumario y a cargo del juzgado de Instrucción número 4 de Málaga.