La policía llegó el 8 de noviembre de 2011 a los dos clubes, uno de Torre del Mar y el otro en Torrox, en los que eran prostituidos las menores de edad. Pero, además del caso de las pequeñas, que denunciaron a su madre, los agentes descubrieron a varias mujeres que estaban en condiciones de semiesclavitud, plasmadas en un documento. Por ejemplo, no había contrato, el local se llevaba el 50% de las consumiciones y trabajaban de nueve de la noche a seis de la mañana. Si llegaban tarde, debían pagar la mitad de lo que ganaban por día, al igual que si un cliente se quejaba, se quedaban dormidas o distraían al cliente de una compañera. Se les llegaba a indicar cómo acercarse a los clientes.