Dicen sus creadores que Fenicia «era famosa por un tinte de color púrpura, el más famoso y costoso de la época». Y lo era porque los pescadores fenicios tenían que extraer 12.000 moluscos para poder teñir una sola prensa. Dicha joya del Mediterráneo era denominada «murex» y, con el mismo nombre, ellos han bautizado su marca, la novedosa cerveza artesanal hecha en Torre del Mar con la peculiaridad de que en su variante «singular» incorpora uno de los históricos manjares de las vegas locales: la caña de azúcar.

Detrás de la revolucionaria Murex están dos torreños unidos por su pasión por la gastronomía malagueña: Antonio Montes, licenciado en Química, e Israel Bergillos, en Economía. El primero, en enero del pasado año, encontró en las páginas de La Opinión el ingrediente que ya creía desaparecido del mapa axárquico. El mismo Día de Reyes, como de un regalo se tratase, pudo descubrir el testimonio de un cántabro, Jesús Arcera, que había conseguido recuperar el cultivo de la caña en la localidad nerjeña de Maro.

Así empezó a completar un camino que hoy en día ya brinda sus primeros frutos: los primeros botellines de Murex. «Es una cerveza sin aditivos, artesanal, hecha con productos naturales desde el molido de las maltas». La cebada, como elemento básico, junto al lúpulo, la levadura y el agua dan sabor a un producto que desde hace unos días ocupa los apartados de novedades en bodegas, vinotecas y gourmets de toda la provincia. Incluso ha recibido este producto el distintivo de Sabor a Málaga, la etiqueta de la Diputación de Málaga, «que por primera vez se le otorga a una cerveza», según explica el alcalde veleño, Francisco Delgado Bonilla.

Antonio Montes señala el «ojo fenicio» que acompaña a la nueva marca y argumenta que, la caña que se añade, es un «guiño a nuestro pasado y nuestra tradición azucarera». No obstante, Murex también se comercializa en otras cuatro variedades, junto a la que agrega jugo de caña de azúcar a la mezcla: rubia, ámbar, doble malta y negra.

Israel añade que ya producen la cantidad de unos 1.000 litros semanales, aunque la empresa nace con capacidad para producir alrededor de 390.000 litros anuales. Y explica además que en breve van a poder incluso disponer de finca propia donde cultivar de forma tradicional la caña de azúcar, tal y como se producía entre los siglos XVIII y XX, «siendo un referente de la economía del municipio».

Estos jóvenes emprendedores reconocen que el Consistorio veleño ha sido determinante en la puesta en marcha de su proyecto, porque presentarlo al certamen de la delegación municipal de Empleo les ha reportado 600 euros en esta última edición.

Incluso han recibido el respaldo del regidor para que su cerveza de caña de azúcar, como producto singular, «tenga un espacio de mayor promoción y difusión en el futuro mercado de restauración de la plaza de San Francisco».