Los hermanos y amigos del hombre de 40 años que desapareció el pasado martes mientras pescaba en la zona de La Araña esperan con caras de circunstancia alguna buena noticia de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil. Están sentados en el porche de una casa a pie de mar y miran hacia el oeste, desde donde llega un poniente que ha llevado al dispositivo de búsqueda hasta aguas de Granada. El viento, agradable en el litoral, pinta traicionero donde la distancia dibuja borregos y marejada.

Veinticuatro horas después de que saliera sin compañía a pescar con un bote de tres metros de eslora, un remo de piragua como único método de propulsión y un traje de neopreno, uno de los hermanos sigue sin entender la imprudencia y apunta que no quiere que por ahora se conozca el nombre para no alertar a parte de la familia. «Estamos muy preocupados porque mi hermano no tiene ninguna experiencia en el mar y apenas lleva unos meses como aficionado al buceo», asegura antes de narrar la última conversación que mantuvo con él: «Me llamó para avisarme de que se iba a pescar y me dijo que, si no daba señales sobre las 19.00 o 19.30, lo llamara». La hora llegó y su hermano cumplió la promesa. Telefoneó varias veces al móvil que daba tono pero que nadie descolgó. Más tarde se dieron cuenta de que su hermano, fontanero de profesión, se lo había dejado en casa.

Alarma

La familia se puso en alerta. Los hermanos recorrieron una y otra vez las rocas que bordean el barrio de La Araña y la playa en la que solía varar el bote con la esperanza de localizarlo como otras veces que se le hizo tarde. Pero nada. Lo único que encontraron fueron los preocupantes comentarios de algunos vecinos que lo vieron alejarse de la costa de forma voluntaria remando hacia el sur. «Nos dijeron que era una locura meterse así, con el viento del norte que estaba soplando», explica un amigo y compañero de buceo mientras señala un punto del horizonte.

La familia del desaparecido está convencida de que se dirigió a una zona de rocas que hay mar adentro para sumergirse y pescar a pulmón. «A veces va allí y fija el bote con un ancla muy rudimentaria antes de zambullirse», explica una hermana, que también reconoce que el desaparecido no es un gran nadador y que cree que el viento en contra pudo impedirle el regreso a la costa.

Las horas siguieron pasando y la noche se cerró, por lo que se presentaron en el cuartel de la Guardia Civil de Rincón de la Victoria para denunciar la desaparición y poner en marcha un operativo de búsqueda que comenzó poco después. Durante toda la madrugada, una embarcación de Salvamento Marítimo y una patrullera de la Guardia Civil peinaron las aguas de La Araña buscando el rastro del marinero o de la embarcación. La búsqueda resultó negativa hasta el amanecer, cuando se sumó al dispositivo el helicóptero de Salvamento Marítimo, que horas después fue relevado por uno de los aviones de rescate. Según fuentes del operativo, los trabajos resultaron infructuosos hasta minutos después de las 18.00 horas de ayer.

Según fuentes de Salvamento Marítimo, los tripulantes del avión Sasemar 305 que participaban en el dispositivo avistaron un bote volcado a unas 15 millas al sur de Nerja. La embarcación Salvamar Hamal se acercó hasta las coordenadas facilitadas por los medios aéreos y confirmó que la descripción de la embarcación coincidía plenamente con la descrita por los familiares del desaparecido, del que seguía sin haber rastro. El dispositivo continuó hasta que la luz lo permitió, sobre las 19.30 horas, cuando se decidió que la búsqueda continuaría a primera hora de hoy.