La inglesa Audrey Cook ayer no respiró tranquila hasta comprobar, tal y como ya le habían anunciado los responsables del Ayuntamiento de Cómpeta, que su vivienda no sufría desperfectos. En el enclave urbanístico de la Cruz del Monte, el más afectado por las llamas, las casas no padecieron daños en su interior, pese a la intensidad del fuego. Al parecer, el hecho de que el viento propagó rápidamente las llamas, evitó incluso que muchos pinos quedasen calcinados en su totalidad.

«El fuego comenzó no demasiado cerca de nuestra casa. Pero de repente el viento cambió y en cuestión de pocos minutos ya teníamos las llamas muy cerca de las viviendas. Tuvimos todos los vecinos que salir pronto, alejarnos de nuestras casas. Fue terrorífico. Una cosa así, tener las llamas tan cerca, es terrible. Todo además ocurrió de repente, al cambiar ese viento reinante de Poniente», expresó esta residente.

Acompañada por su marido, Peter, Audrey siguió las instrucciones de los máximos representantes municipales, incluido el alcalde, José Luis Torres, y finalmente quedó alojada en el Hotel Balcón de Cómpeta. «Allí hemos pasado la noche. Ahora estoy muy contenta al haber comprobado que toda la casa está bien. Que no hay ningún daño por dentro. Apenas algunos muebles del jardín han quedado dañados».

Esta británica quiso agradecer públicamente a los servicios de emergencias su rápida intervención y las facilidades que les dieron en todo momento los agentes públicos para poder pasar la noche en las mejores condiciones posibles. Una velada que nunca olvidarán, «por la incertidumbre de saber si teníamos la casa en pie o no». Afortunadamente, las llamas «pasaron de largo, avivadas por el viento».