­La noruega Solveig Heldal Thorsen nació en Tysnes, un reducido municipio noruego formado por las pequeñas islas que presiden uno de tantos fiordos azotados durante buena parte del año por tormentas y vientos polares. En estos días ya no superan la barrera de los diez grados centígrados. Allá por el año 1981, aconsejada por una amiga que pasaba buena parte del invierno en Torre del Mar, esta funcionaria del departamento policial de su ciudad se convirtió en la primera ciudadana de Noruega en elegir Torrox para residir.

«Han pasado más de 30 años y todavía recuerdo lo complicado que era llegar a Málaga desde esta zona. Pero me enamoré desde el principio del clima, por supuesto, y sobre todo de la gente y de la comida que se hace aquí. Yo ya no soy de otro sitio del mundo. Soy de Torrox y seguiré siéndolo». Así remarca, a sus 76 años, cómo cambió aquel frío polar con el que había crecido por el «Mejor clima de Europa». Presume ahora de vivir en un lugar que en verano no padece el terral nunca, por lo que jamás supera los 32 grados de temperatura, y que en invierno nunca ha bajado de los 3 grados: «Donde nunca llega a helar».

Desde un principio se convirtió en «embajadora» turística de Torrox en Noruega -más concretamente en el entorno de Bergen, donde se localiza su lugar de origen-, pero lo que no podía imaginar es que terminaría por ser, décadas más tarde, «anfitriona para jóvenes torroxeños que quieren abrirse camino en Noruega». Relata que aconseja desde principios de este año a médicos, enfermeras y otros profesionales. «Les digo que tiene que dominar el inglés, como norma fundamental».

Sólo durante los últimos meses se han trasladado a Tysnes dos camareros que ejercían su labor en la plaza de la Constitución de Torrox. En Noruega recibirán un sueldo mensual de unos 4.000 euros, con la dificultad de tener que adaptarse a otra cultura, otra forma de vida y hasta una gastronomía que dista mucho de la española. Acompañada por su marido Henry, esta jubilada relata que ya existen vuelos directos entre Málaga y su comarca por sólo 150 euros -coste del trayecto de ida y vuelta, de unas cuatro horas de duración-.

Y remarca que es curioso que en Torrox encuentre «bacalao o salmón noruego a precio más económico que en su propio país». Lo justifica con el alto poder adquisitivo que existe en Noruega, incentivado por la escasa población -no más de 5 millones- y las enormes fuentes petrolíferas que posee.

El empresario torroxeño David Villena, amigo personal del matrimonio y copropietario del Chiringuito Laguna, explica que para un turista noruego el vuelo a Málaga se lo costea en dos o tres horas de trabajo y que sólo hace falta mayor promoción en aquellas tierras.