Expulsar al mejillón cebra de los pantanos andaluces es el nuevo reto planteado por la Consejería de Medio Ambiente, que acaba de anunciar un plan de choque dotado con 750.000 euros para evitar que se propague desde enclaves malagueños donde ha podido ser localizado recientemente: los embalses de Conde de Guadalhorce y Guadalteba.

Esta especie invasora de agua dulce no es comestible y aunque entró en España en 2001 a través de la cuenca del Ebro, no se detectó en tierras andaluzas hasta hace cinco años, cuando apareció en el pantano de los Bermejales, a escasa distancia del límite granadino con la Axarquía. Se trata de una variedad de mejillón considerada como «especie exótica» y originaria de los mares Caspio y Negro. Es un molusco que, en plena expansión por Europa, genera no sólo un fuerte impacto sobre otras especies acuícola autóctonas, por ser invasora.

La Junta de Andalucía destaca que, sin control, puede generar daños muy significativos en instalaciones e infraestructuras hidráulicas, como centrales eléctricas o potabilizadoras hasta dejarlas inservibles. Así, ha sido catalogada por las administraciones competentes como una de las especies más dañinas del mundo. Tras irrumpir por Granada en Andalucía fue localizada a principios de esta década en el embalse cordobés de Iznájar y con sus hasta tres centímetros de longitud dio el salto a la provincia malagueña y más concretamente a los embalses reseñados, donde acaba de ordenarse el cierre a actividades náuticas.

Y es que este mejillón, caracterizado por las rayas blancas y negras que le dan su nombre, encuentra en el hombre a uno de sus mejores aliados para poder propagarse de un territorio a otro, pegado a las embarcaciones de recreo o pesca, o bien en la propia ropa de los usuarios de agua dulce.

Supervisión de los trabajos. El director general de Planificación y Gestión del Dominio Público Hidráulico, Juan Serrato, se personaba precisamente en el embalse de Conde de Guadalhorce para supervisar hace unos días las actuaciones programadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, al objeto de «planificar e impulsar los trabajos para llevar a cabo el control las poblaciones de mejillón cebra en esta parte de Andalucía».

Acompañado por el delegado territorial Javier Carnero, Serrato reseñó que este mejillón fue detectado por primera vez en Málaga el pasado octubre, hace apenas tres meses, y que se ha realizado un seguimiento exhaustivo de la evolución de su población mediante análisis periódicos del agua. De manera urgente, se resolvió suspender de manera temporal la navegación y el uso de elementos de flotación en los embalses Conde de Guadalhorce, Guadalhorce, y Guadalteba.

El director del Aula del Mar de Málaga, Juan Jesús Martín, explica que en esta lucha contra el mejillón cebra, que causa daños tanto ecológicos como económicos, es importante la concienciación ciudadana «debido a que la propagación de uno a otro embalse se produce porque no se lavan bien las embarcaciones o la ropa, donde pueden viajar las larvas».

En el caso de las actividades recreativas en los embalses, se recomienda que el barco en cuestión pase de cuatro a cinco días en un lugar seco, fuera del agua, antes de que se traslade a otro pantano. Una recomendación que con frecuencia no se sigue y que ha podido favorecer la propagación del mejillón cebra por toda Europa.