Un solo nacimiento al año es argumento suficiente para que El Borge vuelve a ser noticia. El municipio axárquico atrajo reiteradamente la atención informativa con José Antonio Ponce (IU) como alcalde -famosos fueron los primeros bautizos civiles de España, que todavía oficia el ex regidor-, pero también fue mediática la decisión de su sucesor en el principal sillón municipal, el socialista Salvador Fernández, que para ahorrar dinero a las arcas públicas se encargaba de limpiar su despacho y hasta los aseos del Ayuntamiento.

Ni los planes de empleo que con muchas dificultades económicas se han podido impulsar durante estos últimos años, a base de ahorrar de donde se podía, ni el peregrinar de familias de todo el país para que sus hijos fuesen bautizados «por lo civil» han sido argumentos suficientes para poder fijar la población a una de las localidades de la Axarquía con una mayor producción de pasas moscateles.

Fernández reconoce que con la población bastante envejecida no es extraño que cada año fallezcan más y más personas, mientras que apenas hay nacimientos. Así, el municipio ha perdido por primer vez en una década la barrera del millar de habitantes y así dejará de tener dos concejales durante el próximo mandato, a partir de los próximos comicios de mayo.

«Tenemos un índice de natalidad muy bajo. Un nacimiento nada más, como hemos tenido, propicia que por apenas 13 habitantes nos hayamos quedado esta vez por debajo de los mil habitantes, con lo que ello supone a la hora de buscar recursos de otras administraciones», sostiene.

Su antecesor y portavoz de IU en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía, José Antonio Ponce, además de indicar que ha decidido no concurrir como candidato en las próximas elecciones, explica que se trata de una primera reducción del padrón municipal por debajo del millar de habitantes en dos décadas. Pero Salvador Fernández recuerda que en uno de los mandatos de IU sí que hubo también dos ediles menos. Ponce replica que fue debido a un error técnico en el padrón, que fue resuelto y propició recuperar las dos actas «que ahora sí que se perderán de manera oficial».

De una u otra manera, la falta de nacimientos preocupa a todos los representantes públicos. «Tenemos 70 u 80 casas vacías porque a raíz de la crisis se han ido muchos extranjeros, igual que en municipios como Torrox. Si a eso le sumas los fallecimientos y la dificultad para impulsar iniciativas públicas con una deuda heredada de más de un millón y medio de euros, te das cuenta de que está justificada esta situación», concluye Fernández.