Un arquitecto y un técnico municipal de Frigiliana (Málaga) se enfrentan a una petición fiscal global de seis años de prisión por favorecer la ejecución de una casa con piscina en suelo no urbanizable.

En el banquillo de los acusados estarán sentados el dueño del terreno y el arquitecto, por un delito contra la ordenación del territorio, y el técnico, acusado además de prevaricación urbanística, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe.

La fiscalía malagueña ha solicitado que los tres procesados sean condenados cada uno de ellos a una pena de dos años de prisión y multa de veinte meses con una cuota diaria de veinte euros y, además, les pide inhabilitación especial para profesión u oficio relacionado con la promoción o la construcción durante tres años.

Al técnico también le solicita la acusación pública dos años más de cárcel por el delito de prevaricación urbanística e inhabilitación para desempeñar empleos públicos de técnicos en urbanismo nueve años.

El primer procesado adquirió una finca rústica de 3.770 metros cuadrados en el paraje Loma de la Cruz en la localidad malagueña de Frigiliana y llevó a cabo obras de construcción de una vivienda de dos plantas, con dos sótanos, porche y piscina.

Para llevarla a cabo, contrató al arquitecto, también acusado, quien redactó el proyecto técnico para la construcción de una casa con piscina en suelo no urbanizable, "pero conocedor de las dificultades de legalización" diseñó una edificación de 40 metros cuadrados para la construcción de un almacén de aperos y una alberca.

El 22 de diciembre de 2005 "con el fin de cumplir las normas señaladas y buscar apariencia de legalidad", solicitaron licencia de obras al consistorio y así se iniciaron dos expedientes, uno para el almacén y otro para la alberca.

El técnico municipal, procesado también en este procedimiento, informó a favor de la concesión de ambos permisos por separados aunque era conocedor de que ambas edificaciones estaban juntas y la finalidad recreativa de la edificación y, días mas tarde, las licencias fueron concedidas.

Un año después, en 2007, el arquitecto certificó el final de la obra del almacén y la alberca, pese a que la construcción era una casa con piscina.

Más tarde, el dueño solicitó la licencia de primera ocupación, donde una vez más, el técnico informó favorablemente y dicho informe sirvió para que el secretario y el alcalde le concedieran la licencia de primera utilización y ocupación en marzo de 2007.