­La familia de la menor del colegio de Rincón de la Victoria cuyos alumnos de cuarto de Primaria comenzaron el miércoles un parón para protestar por las «agresiones e insultos» de la niña, aseguró ayer que es «rotundamente falso que nadie haya intentado contactar» con ellos para abordar la situación e incidieron en que llevan «reclamando desde 2011 una atención adecuada para la menor», que presenta «necesidades educativas especiales y discapacidad».

Veinte alumnos del CEIP Gregorio Marañón de La Cala del Moral iniciaron el miércoles una protesta con la que los padres pretenden transmitir a la Consejería de Educación que las soluciones planteadas en este caso «no han surtido ningún efecto», según informó Prodeni, asociación en defensa de los derechos de los menores.

La familia de la niña respondió ayer con un comunicado, en el que aseguraba que «su derecho al honor, a la integridad física y a una atención escolar inclusiva y de calidad están recogidos en textos legales de orden superior a nivel europeo que se están vulnerando sistemáticamente», apuntando que «más allá de los incumplimientos legales están las consecuencias sobre las personas».

Así, en el escrito se precisa que la familia lleva reclamando «desde 2011 una atención adecuada para la menor, anticipando las consecuencias de no aplicarlos, el impacto que tendría y de hecho ha tenido sobre el resto de los niños».

«Se han puesto a disposición del centro profesionales de reconocido prestigio que han conseguido controlar con éxito las conductas fuera del entorno escolar y cuyas recomendaciones no han sido tomadas en consideración», dijeron.

«La denuncia que el colectivo de familias ha realizado es consecuencia directa de la falta de intervención educativa con nuestra hija», manifestaron en el comunicado, apuntando que se ha producido una «inaplicación de las medidas que los propios técnicos de orientación establecieron hace ya cuatro años». Asimismo, lamentaron que esta situación «ha tenido y tiene consecuencias directas en la salud e integridad de la niña y de nuestra familia».

Sobre la aparición de personal, en concreto una monitora, y la puesta en marcha de un programa educativo, indicaron que «estas acciones han comenzado hace unas pocas semanas en respuesta a la situación y no hace cuatro años». «Este puesto «ha sido ocupado en un mes por tres personas diferentes con el consiguiente trastorno que genera a las necesidades específicas de la niña», añadieron.