Los nerjeños Rafael Moura y Javier Pérez, dos de los integrantes del equipo técnico de arqueólogos que acaba de volver del Alto Atlas de Marruecos tras una nueva campaña a la caza de los orígenes de la raza humana tal y como la conocemos, aún están con el miedo en el cuerpo. La tragedia que se saldó con la vida de los espeleólogos granadinos Gustavo Virués y José Antonio MartínezGustavo ViruésJosé Antonio Martínez les pilló en el mismo área geográfica y hasta conocer lo que habían sufrido sus compatriotas no fueron conscientes de que sus propias vidas han podido estar en juego no sólo durante esta última expedición.

«No era la primera vez que empleábamos la Semana Santa en ir a tierras marroquíes para poner en marcha el proyecto Tamanart, impulsado por Martí Mas a través de la UNED y en colaboración con Abdel Khalek Lemhidi, en representación de Marruecos, porque se trata de una iniciativa hispanomarroquí», afirma Pérez. Sin embargo, tener constancia de la odisea de la expedición española conformada por tres espeleólogos cambió radicalmente su percepción en relación a las dificultades para resolver una posible emergencia.

No tardaron en temerse lo peor esos mismos días, justo cuando una víbora cornuda, de las más peligrosas de esta parte del planeta, se cruzó en el camino de una de las integrantes de esta campaña de investigación arqueológica. «Nos dimos cuenta del peligro que teníamos sobre nosotros. No sólo por las serpientes o por los escorpiones. La zona está a pocos kilómetros de la frontera con Argelia y también supimos de la existencia de minas antipersona que apenas habían podido ser documentadas».

Estos dos malagueños remarcaban ayer a este periódico las dificultades que también han padecido, por lo precario del equipamiento que existe en Marruecos y la falta de formación que poseen los científicos del país vecino. «No es que nosotros tengamos los mejores medios, porque para complementar este proyecto incluso ya hemos puesto en marcha una campaña de crowdfunding que, a nuestro juicio, es por sus características única en España, donde alcanzar la cifra de 4.000 euros que necesitamos», señalan.

Javier Pérez, que a su vez hace las veces de fotógrafo y de encargado de las imágenes, asegura que dentro de la Cuenca del Draa -el río más largo de Marruecos-, donde coincidieron en fecha y espacio las expediciones de espeleólogos granadinos y de arqueólogos axárquicos, los riesgos son mucho más importantes de lo que cualquiera pueda imaginar. «A veces bromeamos con que en España cometemos errores tercermundistas. Todos esos deberían pasar por experiencias como las nuestras y enterarse de lo que realmente vale un peine», manifiesta.

En cuanto a las recomendaciones para las personas que deseen acudir al Atlas desde la Costa del Sol, estos malagueños remarcan la necesidad de «contratar un seguro, si es posible de vida, para lograr que te puedan sacar en caso de siniestro». Y concluyen que no es suficiente, «porque también se debe leer la letra pequeña».