­Un tribunal de Hamburgo le ha dado inicialmente la razón a la comercializadora de frutas y hortalizas Frunet S.L., con sede en el municipio axárquico de Algarrobo, en cuanto a la demanda que interpuso contra las autoridades alemanas por la «crisis del pepino», que se remonta a mayo de 2011.

La entonces responsable de Sanidad del gobierno regional de la ciudad-estado de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, «manchó el nombre de Frunet», al apuntar que el foco de la infección que por entonces se localizó en tierras teutonas estaba en una partida remitida por la comercializadora malagueña.

El máximo responsable comercial de Frunet S.L., Richard Soepenberg, reconoció ayer a este periódico que la justicia alemana, y la de otros países europeos, no funcionan más rápido que en España. «En este proceso hemos ido todo lo rápido que hemos podido cuando se nos ha demandado información o pruebas. Pero aún así hemos pasado tres años muy largos. No obstante, estamos muy contentos de saber que hemos ganado».

Frunet fue fundada hace cerca de una década en la localidad torroxeña de El Morche, emplazamiento desde el que se trasladó a las actuales instalaciones del polígono industrial de Algarrobo.

En un principio, pidió una indemnización de 2,3 millones de euros por daños y perjuicios. La cantidad, no obstante, aún no ha sido establecida y para ello queda aún mucho camino por recorrer.

«Tenemos a nuestro favor un primer fallo del juez. Pero durante tres años, el Estado alemán nos ha negado toda indemnización. Ahora el tribunal deberá investigar, dentro de la crisis que se produjo, qué parte del daño que sufrimos fue por manchar nuestro nombre y qué otra parte llegó de la alerta general que afectó a todas las entidades comercializadoras», aclara.

«Lo importante es que ha quedado demostrado que no hicimos nada mal. Pero ellos, sin efectuar los contraanálisis, sí que nos dejaron sin clientes y sin proveedores. Ahora tendremos que negociar la indemnización», concluye el propio Richard Soepenberg.