La directora del Museo de Historia de Nerja, que murió tras recibir 131 puñaladas presuntamente por parte de su novio en agosto de 2014, posiblemente murió con "un sufrimiento casi inhumano", según han asegurado hoy los forenses que realizaron la autopsia.

Los forenses han declarado hoy en el juicio popular que se sigue en la Ciudad de la Justicia de Málaga contra el acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de 28 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de maltrato habitual con la circunstancia agravante de parentesco.

Los peritos han destacado que la víctima, además de las 131 puñaladas, presentaba 29 contusiones y que todas las heridas las sufrió en vida, por lo que entienden que murió "con una dosis de sufrimiento casi inhumano".

"Estaba manando sangre cuando llegó la guardia civil", ha relatado uno de los forenses en el juicio, por tanto "la víctima era consciente de que iba a morir" y ha subrayado que debido a ello se debería tener en cuenta también el dolor moral.

Han indicado que el conjunto de todas las heridas -solo en el cuello tenía más de cincuenta- demuestran saña por hacer un daño innecesario, "el sufrimiento de la víctima, que no pudo defenderse", han apostillado.

También han destacado que durante la autopsia comprobaron que la mujer presentaba contusiones con distintas características cromáticas, producidas en días anteriores al crimen.

Durante la comparecencia de los forenses también han desmontado la versión del acusado de que fue ella quien le atacó primero, ya que la víctima era quien tenía más heridas de defensa en las manos y también han asegurado que no es cierto que no se acuerde de los hechos debido a que a ellos se los contó.

Respecto al consumo de drogas, los facultativos han señalado que los análisis practicados al cabello demuestran que es verdad que pudo consumir cocaína pero no en grandes dosis como mantiene el procesado.

Esta mañana también han declarado varios médicos que han atendido al acusado antes y después de la agresión y todos han coincidido en que es una persona que ha sufrido trastornos depresivos pero que no es un enfermo mental.

Varios facultativos ha coincidido en afirmar que es una persona fría, plenamente normal, con falta de apego y empatía y que supo en todo momento la gravedad de los hechos cometidos.

Además uno de los médicos ha dicho que "su arrepentimiento no es por pena hacia la víctima sino por lo que le puede caer por los actos cometidos".

El juicio ha quedado visto para veredicto y mañana el magistrado presidente dará a los componentes del jurado el objeto del veredicto, un cuestionario donde se incluyen preguntas sobre si los hechos son susceptible de un delito de asesinato u homicidio, entre otros apartados.