Cientos de vecinos de Vélez Málaga y Torre del Mar vieron ayer con sus propios ojos algunos de los efectos más inmediatos de un terremoto como el que sacudió el litoral costasoleño durante la madrugada. En la capital axárquica, por ejemplo, José Cuenca narraba aún con cierta angustia lo vivido: "Mi hija, con 20 años que tiene, se ha puesto a chillar como una cría".

Este vecino del entorno de la calle Adeodato Altamirano contempló cómo la fachada de mármol de una tienda de decoración quedaba completamente desnuda. "Esto pasa de día y hubiese habido alguna desgracia", añade. Neibar Molina, una de las responsables del Bar Los Rosales de esta misma calle, ya estaba despierta cuando empezó a temblar su piso. "Abrimos normalmente a las ocho de la mañana. Cuando hemos bajado al bar ya estaba la policía precintando la fachada para evitar cualquier accidente, porque se han quedado muchas piezas de mármol colgadas".

Agrega esta vecina que todo el mundo salió a las terrazas y se asomó a la calle para ver qué daños habían podido producirse. "A esa hora también suelen pasar los barrenderos. Menos mal que no ha pasado nada". Los bomberos acudieron también al edificio La Noria de Torre del Mar, donde la sacudida habría generado desperfectos. En este mismo núcleo costero, concretamente en el edificio Hamburgo 2 de la avenida Toré Toré, los mismos efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos tuvieron que socorrer a una mujer que había quedado atrapada en una habitación tras desprenderse las estanterías que tenía en un pasillo y bloquear la puerta.

Jesús Alba, uno de los encargados del local Peña El Bujío, mostraba en las inmediaciones de dicho edificio las grietas que en los aseos se han producido como consecuencia del terremoto. "Yo me encontraba acostado y empezó a moverse primero la mesa. Me levanté y fue horrible. Han sido quince o dieciocho segundos sin parar". Afortunadamente tampoco hubo daños personales en esta parte del municipio veleño. La mujer atendida por los bomberos, según indicaron otros vecinos, sufrió un ligero ataque de nervios y optó por acomodarse en la vivienda de un familiar hasta que se le pasara el tremendo susto.

Otro vecino que ha pasado buena parte de su etapa como agente de la Policía Nacional en el término veleño vivió ayer el terremoto en tierras melillenses. "Me he despertado dándome golpes con el cabecero. Todavía pienso en que he podido abrirme la cabeza". Francisco Valiente Palma ya no ejerce como policía, pero se mantiene activo en tareas de técnico de fútbol. Esta misma temporada comenzó en los banquillos de Tercera División y ahora se sienta en los del balompié marroquí. "Los que hemos vivido esto de esta forma no estamos para esas bromas que circulan por las redes sociales. En Alhucemas hace doce años hubo más de 600 muertos y la intensidad de aquel terremoto fue parecida", agregó. En su paseo matinal ha podido observar cornisas caídas y el tránsito de decenas de vehículos de emergencias: "Afortunadamente solo hay heridos leves".