La Audiencia Provincial de Málaga ha absuelto de un delito de falsedad documental al exinterventor del Ayuntamiento de Nerja, cuyas iniciales son J. L.F. C., a quien se acusó de favorecer a un aspirante a Policía Local de la localidad en las oposiciones celebradas el 19 de septiembre de 2011. El alto funcionario se enfrentaba a cuatro años de cárcel solicitados tanto por el Consistorio como por el fiscal.

La convocatoria para las pruebas selectivas a los aspirantes a Policía Local de Nerja se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia el 31 de marzo de 2010, y el 19 de septiembre de 2011 se celebró, a las doce de la mañana, la primera prueba. Se trataba de un examen tipo test con ochenta preguntas, de forma que los opositores debían acudir con un bolígrafo azul.

En el ejercicio de uno de los aspirantes, corregido precisamente por el exinterventor, se observaba, en las respuestas a 14 preguntas, «la utilización de dos bolígrafos azules de distinto color la tinta y trazos diferentes, poniendo de manifiesto el acusado que había entregado un bolígrafo al aspirante durante la realización de la prueba». Tras conocerse ese dato, el presidente del tribunal decidió que ese y otros diez exámenes aprobados fueran sometidos a estudio por parte de un perito calígrafo.

El entonces alcalde de la localidad, José Alberto Armijo Navas (PP), suspendió la tramitación del proceso el 3 de octubre de 2011, decidió contratar a un perito y mandó el asunto a la Fiscalía de Málaga.

En la prueba del aspirante, en cuatro de las preguntas, figuran dos respuesta, una correcta y otra incorrecta, «todas ellas redondeadas con un círculo», así como en tres de esas cuestiones, sobre las respuestas incorrectas, hay una raya de trazo ascendente hacia la derecha sobre el círculo que las rodea. Los peritos creen que hay dos tintas distintas en el examen, pero, para el tribunal, «no consta demostrado que el encausado, que formó parte del tribunal en su condición de funcionario y a título individual, fuera el autor de las citadas rayas de trazo ascendente» sobre las respuestas incorrectas.

En su declaración, el acusado aseguró haber intervenido en numerosos procesos selectivos, reconoció que entregó un bolígrafo a uno de los opositores pero indicó que no lo conocía. Incluso, explicó que la corrección de los exámenes duró unas dos horas y que corrigió el test con el mismo bolígrafo que le dio al opositor.

Asimismo, rechazó haber falsificado el examen, ya que era imposible porque estaban presentes el resto de sus compañeros de tribunal, apuntó que el documento estuvo una semana sin precintar, que el mismo «se manipuló con posterioridad». Si él hubiera querido favorecer a un opositor, le hubiera dado las preguntas, precisó, dado que las tenía antes del examen.