Japón ya tiene un rincón donde cumplir con su tradición sin salir de Andalucía y más concretamente de la comarca malagueña de la Axarquía. Es el mensaje que Yuko o Yoshiko le han transmitido a los vecinos de Alfarnate, después de haber visto cumplido su sueño de organizar un Hanami en España. Y es que ningún otro lugar del país fuera del cacereño Valle del Jerte es capaz de presumir de cerezos en flor como en este pueblo de cerca de 1.000 metros de altitud -el más elevado de toda la provincia-.

«El Hanami consiste en una excursión de familias enteras, normalmente durante el mes de abril, para disfrutar descalzos de un almuerzo bajo los cerezos en flor», relata la edil de Servicios Sociales de Alfarnate, Marina Vanesa Martín. La comunidad nipona en suelo andaluz no deja de crecer, pero también cada vez son más significativas las rutas programadas por agencias especializadas para brindar al turista japonés experiencias únicas.

«La sakura es la flor del cerezo en japonés. En Alfarnate pretenden que esta actividad se consolide y cada vez pueda ser más conocida entre los turistas de aquel país, de forma que aspiramos a ser un destino especial para estos visitantes», agrega el concejal de Cultura y Turismo, Juan Jesús Gallardo.

Yoshiko recuerda que la flor del cerezo está unida a la cultura de los samuráis, como elementos ancestrales de la naturaleza cuya vida solía ser corta. Asimismo indicó que visitar Alfarnate supone un complemento para los turistas nipones a las ya tradicionales «meriendas en las calas de los acantilados de Maro a las que sólo se puede llegar en barco». Estos visitantes son dados a encontrar rincones donde el entorno medioambiental se mantiene virgen u ofrece unas características únicas.

Hasta una octogenaria

Gallardo expresa que para estos visitantes asiáticos los árboles son divinidades y como tales se prestan no sólo a compartir bajo la sakura la comida: «En esta primera expedición organizada con japoneses les habíamos preparado un circuito turístico por el pueblo. Sin embargo, se quedaron tan relajados bajo los cerezos que nos dieron las siete de la tarde meditando de una forma muy relajada».

«Lo más bonito es ver cómo se emocionan quienes llevaban diez años viviendo en Córdoba o Málaga y que, unidos a este grupo, han podido volver a cumplir con su tradición. Para muchos poder comer bajo un cerezo ya era parte del pasado, porque Cáceres les pilla bastante lejos», agrega Marina Vanesa Martín. Niños de corta edad, una turista japonesa de 85 años y hasta tres andaluces casados con residentes de origen nipón ya sueñan con repetir esta experiencia.

Como seguro que también volverán en 2017 muchos de los residentes que, unidos por la página en Facebook Yo Amo la Axarquía, visitaron hace unos días los cerezos en flor. Remedios Aranda, la portavoz del colectivo, le explicó al alcalde, Salvador Urdiales, que todos los meses visitan un municipio de la comarca oriental: «Somos más de 100 personas de toda la provincia, incluidos residentes daneses, alemanes o belgas». Lo mejor de todo, como agregó el regidor, es que suelen tomar múltiples fotografías que luego suben a internet.