Sabíamos de los requerimientos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) para recaudar fondos en bares y locales de ocio, incluso en hospitales o mítines políticos. Pero en Torre del Mar se han movilizado por el pago periódico que se le pretende aplicar a barberos y propietarios de pequeños comercios de barrio. La oleada de visitas de los «recaudadores de la SGAE», como los han apodado, han propiciado que los integrantes de la asociación empresarial torreña se hayan reunido para protestar.

«Es una campaña de acoso. Sin embargo, no habrá derribo. Tengo 57 años y llevo más de 30 con la peluquería de caballeros. Nunca me han pedido como ahora que abone 20 euros mensuales por tener puesta de fondo la señal de la emisora pública Radio 3. Es lo último que podía imaginar», alega José Francisco Ruiz Chico.

En su conocido local suena la radio porque a él le gusta el rock. «Me dicen que si quiero seguir poniéndolo, tengo que pagar. Y que si no pago tendré que desmontar todo el hilo musical», argumenta.

Las mismas palabras las escuchaba hace unos días Alberto Lupiáñez, propietario de un pequeño comercio de ropa. A él le corresponderían 38 euros mensuales que tampoco está dispuesto a pagar. Incluso hay casos en los que la cuota anual se elevaría hasta rozar los 600 euros por comercio.

«Tendríamos que cerrar si también hay que pagar por este concepto. Se ve que nos tienen localizados por ser comercios y no se andan con tonterías. En mi caso me indicaron que si no pagaba tendría que quitar inmediatamente los altavoces del techo. Mi situación me impide hacerles caso. Acabo de reformar el establecimiento y lo último que haría sería romper de nuevo el techo», añade este joven emprendedor.

Excepciones a la norma

La SGAE replicó a este periódico, a través de un portavoz, que una peluquería no está fuera de una norma que también incluye a los establecimientos comerciales y de servicios «no incluidos en el sector de hostelería». Pero agregan que hay algunas excepciones, más allá de la posibilidad de desmontar los equipos.

Se puede sintonizar una emisora de radio que no programe contenidos musicales, o bien poner música de autores que no estén representados por la SGAE. De hecho no son pocas las bandas y solistas que ponen en internet sus canciones a disposición de sus seguidores de manera libre y gratuita -mediante las populares licencias Creative Commons-.

Otra opción que no cabe en el caso de estos empresarios sería la posibilidad de programar música creada por ellos mismos. Pero sí que hay programas que crean automáticamente composiciones de diferentes estilos. Esa música de nueva edición sí que está libre de derechos.

Una última posibilidad es la de usar auriculares. De hecho, a José Francisco Ruiz se le instó a que tomase esa opción: «Me dijeron que si sólo era yo el que escuchaba Radio 3 sí que podría seguir con la radio en mi establecimiento». Pero ni él ni otros afectados están dispuestos a la otra medida, eliminar las infraestructuras para la distribución del sonido que poseen sus establecimientos.

El colectivo de empresarios torreños, no obstante, ya han celebrado una reunión para afrontar este problema y en breve volverán a reunirse. Confían en que la presión conjunta les permita lograr un acuerdo con la SGAE o encontrar alternativas legales para continuar «ambientando sus locales».

Como portavoz de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Torre del Mar, Juan Portabales ha insistido en que la presión a estos asociados carece de sentido y espera que se pueda demostrar.