­Hay mucho más miedo del que en la calle se palpa. Pero no hacen apenas ruido porque saben que en caso de Brexit habrá un periodo de dos años sin cambios, en los que saber si es más conveniente abandonar la provincia malagueña por cuestiones económicas. Los más optimistas incluso consideran que los siete u ocho billones de euros que al año gastan los pensionistas foráneos son un motivo con suficiente peso como para que a posteriori se busquen medidas para paliar la «absoluta desconexión».

Los británicos residentes en la Costa del Sol temen sobre todo la pérdida de derechos básicos, tanto en materia sanitaria como a la hora de afrontar su contribución pública a las arcas del Estado español. «Ahora mismo las encuestas están casi igualadas, con la peculiaridad de que hay un porcentaje aún muy grande de personas que todavía no han decidido si votar por la permanencia en la Unión Europea o el abandono», relata el presidente del colectivo de afectados por la falta de regularización de las viviendas en el interior de la Axarquía, Philip Smalley. Este británico, debido a su condición de edil en el Ayuntamiento de La Viñuela, ha ejercido durante años como voz autorizada para asesorar a la comunidad de residentes foráneos de su zona.

«Hasta el viernes no sabemos lo que va a pasar. Pero salga lo que salga, en dos años no pasará nada», indicó quien ha ejercido en esta ocasión su derecho al voto por la vía postal. «Hemos sido informados todos los que llevamos menos de quince años en España, por la embajada británica a través de la red de consulados, de los trámites para poder votar. El proceso es muy simple», argumenta. Los residentes británicos han podido ejercer su derecho al voto bien por correo postal o bien de forma online.

Lamenta, no obstante, que en su caso pueda votar en esta consulta, al igual que puede ejercer en España su derecho democrático en los comicios municipales y europeos, «pero con unas elecciones tan importantes como las del próximo domingo, no podré participar en ellas», señala. Recuerda que hace años hubo algún planteamiento por uno de los dos grandes partidos tradicionales en España, «pero finalmente optaron por seguir con la normativa vigente y dejarnos a los extranjeros fuera de las generales», añade.

Acerca de las consecuencias del Brexit, el edil de Turismo de Marbella, Javier Porcuna, no teme una posible salida masiva de los residentes británicos de su municipio: «Forman parte de una clase social media alta acomodada, con una capacidad económica con la que podrían afrontar las desventajas del Brexit». Sí que reconoce que dicha decisión recortaría la llegada de turistas vacacionales, «ante una previsible devaluación de la libra esterlina», según matizó ayer.