­ Fin a casi 80 horas de angustia. Así relataba María del Valle Rico el calvario que han padecido desde que el pasado lunes perdieron el contacto con su hermana, Jimena, la joven torroxeña que en compañía de su novia ha sufrido durante estas últimas semanas una auténtica odisea -con episodios en Emiratos Árabes, Georgia y Turquía-. La mujer desaparecida, de 28 años de edad, telefoneó a primera hora de la tarde a sus familiares y pudo tranquilizarlos, después de señalar que se encontraba retenida, en compañía de su pareja, por la policía turca.

María del Valle, aún emocionada por lo sucedido, expresaba ayer a este periódico: «Al ver en mi móvil que era el número de la tarjeta que Jimena había comprado en Turquía se me pasaron varias cosas por la cabeza. Llegué a pensar que era otra persona y que algo le había pasado. Pero he podido respirar aliviada al poder al fin oír su voz después de casi 80 horas de temor y angustia. Hemos creído, en un país que atraviesa tanta inestabilidad, que estaban las dos muertas, tanto Jimena como Shaza».

El relato de la hermana seguía con el malestar que con el paso de los días había ido en aumento. «Si no hubiese sido tanto tiempo. Pero es que ni la Guardia Civil ni la Embajada en Turquía nos daban ninguna información. No pensábamos que estuviesen detenidas. El personal de la Embajada las estaba buscando e imaginábamos que la primera consulta habría sido la de personas detenidas por las autoridades turcas». Según confirmó la embajada de España en Ankara, las dos mujeres se encontraban ayer retenidas en un centro de deportación en Estambul, desde donde serán enviadas a Londres, donde ambas residen.

Jimena y Shaza habían viajado semanas atrás a Emiratos Árabes al saber del supuesto pésimo estado de salud de la madre de la segunda. La familia de Shaza, de origen egipcio, en realidad pretendía retener a la hija una vez confirmada que tenía una relación homosexual con otra mujer. Después de ser amenazada de muerte por su propio padre, Shaza intentó emprender junto a su novia el viaje de regreso a Londres, donde ambas residen en la actualidad.

El progenitor las siguió en el intento de huida y logró alcanzarlas en Georgia. Allí fueron detenidas las dos, así como el propio padre de Shaza, después de protagonizar un incidente bastante violento. La pareja, nada más salir en libertad, cruzó la frontera a Turquía y puso destino, en autobús, hacia Estambul. El pasado lunes se les perdió en esta ciudad su rastro.

«Turquía no vive su mejor momento, sabemos de la situación. Y eso es lo que más nos ha hecho sufrir en estos días. Fue una emoción tremenda escuchar a Jimena y saber que estaban bien. Nos han relatado que nada más llegar a la estación de autobús de Estambul se encontraron con la policía, que las retuvo y las ha mantenido incomunicadas con el exterior todos estos días», añadía la hermana de Jimena.

Según explicó la hermana, durante los días de detención no recibieron comida de la autoridades turcas. «Las tuvieron esposadas e incomunicadas y mi hermana sabía que estábamos desesperados al no tener noticias. No podían hablar con la policía porque ni había traductor ni hablaban inglés», dijo.

El padre de Jimena confirmó en declaraciones a una televisión española que las dos «han estado esposadas como si fueran terroristas o personas de mal vivir».

La familia especificó la situación vivida por la pareja. «Las llevaron a unas dependencias policiales cercanas a la estación y les quitaron el móvil. Así han permanecido hasta que las han trasladado a otro lugar y les han permitido llamarnos por teléfono», explicaban .

Durante ese trayecto, realizado en furgoneta, Jimena y Shaza pudieron lanzar un mensaje de tranquilidad que, por extensión, generó el sosiego que durante las anteriores 24 horas esperaban «millones de personas en Torrox, Málaga y el resto del país». A todas ellas, los familiares y allegados quisieron a través de estas páginas «mostrarles el más sincero agradecimiento por las muestras de preocupación y los mensajes de ayuda enviados desde las redes sociales y a través de otras vías». Los mismos familiares recordaron que desde hace década y media residen en Torrox, después de haber retornado desde Argentina -hasta donde emigró el padre de Jimena hace varias décadas-. La joven de 28 años de edad residía en Londres, donde trabaja como camarera, desde hace cuatro años. Desde la noche del pasado domingo no había vuelto a comunicarse con su familia.