­Una octogenaria acusada de matar a su marido -enfermo de cáncer de pulmón con metástasis- con una muleta en Rincón de la Victoria en 2015 negó que lo hiciera y que en caso de que haberlo hecho no lo recordaba, ante las preguntas que le formuló la acusación de la fiscalía. Los hechos se produjeron en la noche del 21 de julio de 2015, cuando la mujer fue a la cocina donde su marido dormía en un sofá y supuestamente le propinó 14 golpes en la cabeza con una muleta, lo que le causó un coma profundo y después la muerte, tras lo que limpió este objeto y salió a la calle a pedir ayuda. Según lo relatado en el juicio, que comenzó ayer en Málaga, estos acontecimientos constituyen un delito de asesinato con agravante de parentesco, precisó la fiscalía, que pide prisión permanente revisable para la mujer. La defensa mantiene que la acusada no cometió estos hechos sino que fueron «personas extrañas» que pudieron entrar en la casa, versión que también sostienen los hijos de la anciana, quienes no han querido acusar a su madre ni cobrar indemnización por la muerte de su padre.

La defensa asegura que no hay motivo para el supuesto asesinato, pues la pareja -ambos de más de 80 años- llevaba 51 casados, los hijos vivían cerca de la vivienda que compartían, el marido estaba en estado terminal y la mujer tiene movilidad reducida y no oye bien, además de que negaron los hechos desde el primer momento. La noche que murió el marido, la anciana oyó que la llamaba -ella dormía en el piso de arriba-, y bajó a comprobar qué quería, a lo que este le respondió que él no la había avisado, tras lo que regresó a su habitación, pero al rato volvió a la cocina y vio que su esposo yacía en el suelo con sangre en la cabeza y salió a la calle a pedir ayuda. La anciana declaró que no llamó ni a sus hijos ni a emergencias porque solo tienen un teléfono fijo, no lo sabe usar bien y tampoco quería molestarlos, que no recordaba haber limpiado nada ni tampoco sabía qué muleta -si una que usaba ella o una de él- se llevó la Guardia Civil la segunda vez que estuvo en la casa. Asimismo, manifestó que creía que alguien había entrado a robar pero que no dio con la bolsa, en la que su esposo guardaba el dinero que daba a sus hijos, y que no recordaba si había escuchado a los vecinos decir que vieron a tres individuos corriendo en las inmediaciones.