Los principales sindicatos agrarios vuelven a reclamar, a las puertas de la declaración de un nuevo decreto de sequía, «partidas presupuestarias específicas» para infraestructuras que puedan garantizar los trasvases pendientes. Varios de los principales portavoces del campo malagueño se quejaban ayer de que los principales organismos encargados de las obras que están por ejecutar, el Gobierno central y la Junta de Andalucía, siguen sin tener calendarios definidos ni fondos en las cuentas previstas para 2018.

UPA Málaga recuerda que después de muchos meses de trabajo sobre la posibilidad de traspasar agua desde Iznájar, «aún no se ha definido qué medidas concretas se van a realizar». Señalan que el principal embalse de Andalucía se encuentra al 21%, con alrededor de 220 hectómetros cúbicos, y «no se entiende que cada uno de sus desembalses no tenga repercusión ni en Córdoba ni en el entorno de la comarca de Antequera, sino que va directamente a Sevilla, con un uso exclusivo para el arroz, al objeto de que las aguas de este cultivo no sean salinas».

El secretario general de este colectivo agrario en Málaga, Francisco Moscoso, insistió en que hoy mismo se intentará «plasmar algo en firme sobre el papel, mediante la reunión prevista con responsables de la Consejería». Apeló también a la autocrítica: «Nosotros los agricultores también debemos de ser responsables, ponernos las pilas y no sembrar más de lo que se puede tener en regadío».

En las reivindicaciones de estos portavoces ni siquiera se descarta en un futuro recurrir a las movilizaciones masivas. De hecho, este próximo domingo agricultores de la comarca de la Axarquía,vinculados a las producciones en el litoral granadino, está previsto que se concentren en la presa de Rules, situada en el entorno de Lanjarón (Granada), para exigir las inversiones que las permitan aprovechar el agua embalsada en dicha infraestructura.

El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Frutas Tropicales, José Linares, expresa en relación al embalse de la Viñuela, que abastece a la mayoría de las explotaciones de aguacate y mango en la Axarquía, que siguen a «un ritmo excesivamente lento» las obras de emergencia impulsadas por la Junta», tanto en Rubite como en la conexión del río nerjeño Chíllar, «llamado a aliviar a la presa enclavada en el corazón de la Axarquía parte de su actual déficit hídrico».

Linares aplaudió ayer que en la provincia de Málaga la Consejería mantenga su preocupación por la necesidad de afrontar los traspasos de agua: «Pero que no sólo se refieran a las obras del Gobierno central, porque lo peor del asunto es que se politice. La Junta también debe poner de su parte y reservar fondos específicos», matizó.

El presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, insistió en este mismo aspecto: «Hemos sido los primeros en poner el acento, mediante nuestra publicación periódica, en que los presupuestos autonómicos para el próximo año no incluyen actuaciones de emergencia que puedan solventar a medio y largo plazo la problemática de la falta de agua en nuestra provincia. No sabemos cómo se aventuran a plantear actuaciones, porque no sabemos a día de hoy de dónde va a salir el dinero», aclaró.

Bellido también matizó la alerta en el campo ante la escasez de las lluvias: «Estamos viendo que pasan frentes con alguna actividad, que dejan precipitaciones de alivio para ciertos cultivos, pero los acuíferos requieren de mucha más lluvia. Mientras no corra el agua seguiremos con el problema de que los pantanos no ganarán en cantidad acumulada», lamentó.

Asaja recuerda que hace ya un lustro empezó a exigir obras, al objeto de evitar lo que se vive ahora.