Cerca de 200 escolares del colegio público Augusto Santiago Bellido, enclavado en el corazón del casco histórico de Vélez Málaga, se movilizaron ayer contra la plaga de pulgas y diversos roedores que han multiplicado durante este inicio de curso el número de atenciones de carácter médico por picaduras.

Unos 200 niños no acudieron a clase y en algunos casos, acompañados por sus padres, acudieron hasta el salón plenario para expresar su malestar por la medida municipal de aplicar un «choque térmico» en la parcela colindante al centro y que se apunta como foco de estas plagas.

La presidenta del Ampa, Irene Peña, manifestó que el problema no es nuevo: «Llevamos años con esta parcela abandonada y quejándonos ante las administraciones con escritos. Ni el gobierno de esta etapa ni los anteriores gobernantes resolvieron el problema y estamos cansados de que la Junta y el Ayuntamiento se echen la culpa mutuamente. Los médicos nos dicen que las pulgas hasta pueden transmitirles a nuestros hijos el tifus», argumenta.

El gobierno local quiso ayer remarcar el plazo que terminaba a las siete de la tarde y que insta a la propiedad de la finca a desinfectarla. Pero los progenitores tampoco veían con buenos ojos esta medida adicional a los «choques térmicos» de estos últimos días. Al respecto se preguntaban sobre si era lógico que el Ayuntamiento de Vélez Málaga, en el caso de que la propiedad no atendiese ayer este ultimátum, desinfectase a primera hora de este martes la parcela «sabiendo que los niños van a volver a las aulas con los productos echados en la parcela de al lado».

En este sentido, el Ampa aconsejó la pasada semana al Consistorio tomar este tipo de medidas en el fin de semana. «Les confirmamos que íbamos a ir al pleno este lunes, de manera que podían aprovechar para desinfectar durante el sábado o el domingo, pero no lo han hecho y el problema sigue. Lo que tenemos muy claro es que los choques térmicos han servido de poco», agregaba otro padre a este periódico.

Los expertos consultados por la comunidad escolar expresaron a los padres que con estas atípicas temperaturas altas durante el arranque del curso «no es extraño que proliferen las plagas de pulgas y roedores en espacios abiertos que no están cuidados y que se encuentran en pleno casco urbano». El Ampa del colegio popularmente conocido como Reñidero agrega que las picaduras ya se registraban el pasado año y en la actualidad «afectan al triple de escolares que durante estos últimos cursos».

Irene Peña, como portavoz del Ampa, añadió: «Hay casos en más de una docena de clases, pero imaginamos que las picaduras se pueden contar por miles. Aquí se puede desencadenar una tragedia y será entonces cuando las autoridades lamenten lo que nos haya pasado». El Ayuntamiento, por su parte, insistió en que ya hubo un acuerdo plenario para la adquisición de la parcela en cuestión y ampliar así el centro escolar.