Las escasas lluvias que durante estos dos últimos meses se han registrado en la provincia de Málaga apenas han mejorado la situación de los embalses, pero al menos los sindicatos agrarios insisten en reconocer que las cantidades recogidas sí que han aliviado significativamente el estado de los cultivos de secano, así como determinados herbáceos que van a poder afrontar con garantías los próximos meses. Bien diferente es el estado en el regadío.

La preocupación es máxima en los cultivos hortícolas y en el sector de los subtropicales, debido a que dependen directamente de lo que poco que albergan embalses como el de la Viñuela, en situación de alerta desde las últimas semanas de este verano. Si no hay un cambio de tendencia importante, con un invierno sustancialmente más intenso en precipitaciones que los dos anteriores, temen muchos agricultores que los posibles cortes de suministro en los árboles puedan tener consecuencias muy graves.

Desde que el subtropical axárquico se erigió en uno de los pilares más importantes para la exportación agroalimentaria malagueña, a principios de esta década, no se ha vivido un periodo de sequía como el presente. De hecho, el último decreto de sequía es anterior al inicio de esta misma década. Los agentes consultados reconocen que el crecimiento de las hectáreas de riego, con la incorporación de nuevos suelos en el Plan Guaro, «no ha ido acompañado de mejoras en las infraestructuras en origen, las que ahora se pretenden ejecutar de forma urgente y casi precipitada».

El presidente de Asaja en la provincia, Baldomero Bellido, se refiere asimismo a la necesidad de consensuar las medidas que tengan que tomarse en los próximos meses, de manera que los agricultores no se vean obligados a tomar decisiones demasiado drásticas.