PP y Ciudadanos han pasado de citarse para firmar una moción de censura en Nerja a borrar todas sus deferencias y tratar de trasladar la culpa del fracaso al otro. Todo, en menos de 24 horas. Lo que iba a ser un nuevo matrimonio político para desbancar a la socialista Rosa Arrabal y devolverle el Ayuntamiento a los populares, se convirtió ayer en un cruce de acusaciones que evidenció que, al menos a corto plazo, se han esfumado las posibilidades de que se materialice el tramado vuelco político en Nerja. Más allá de la sorpresa que generó el plantón de Cs en los diez concejales del PP, que ya habían rubricado sobre el papel la moción de censura, la ausencia de Mari Carmen López, edil de Cs que iba a apoyar al PP, sirvió para que se cristalice la división que existe dentro de la formación naranja a nivel provincial, donde cobran fuerza las voces que se oponen a abrazar netamente los postulados que emanan desde una dirección provincial que está personificada en Teresa Pardo, la actual secretaria de Acción Institucional.

Fuentes de la formación naranja admiten que hay una división latente dentro del partido que se ha hecho visible a raíz de la moción de censura. Según estas fuentes, un sector importante dentro del partido estaba disconforme con el acuerdo que ha alcanzado con el PP, al entender que se estaba entregando la Alcaldía de Nerja a cambio de nada. Algo que encaja con la idea inicial que se barajaba dentro de la formación naranja, cuando se afrontaba la negociación con la intención de arrancarle al PP la destitución de Ángel Nozal al frente de la presidencia de la Mancomunidad de Municipios a cambio del apoyo en Nerja.

El edil del PP en Mijas está en la diana de la formación naranja al encarnar, ahora mismo, la principal amenaza para el alcalde la localidad, Juan Carlos Maldonado. Al tratarse del único ayuntamiento de relevancia que se gobierna, Mijas se ha convertido para Ciudadanos en una reclamación que trasciende las fronteras de la provincia. Las pretensiones iniciales de cobrarse la cabeza de Nozal se han estrellaron, sin embargo, contra la dirección del PP.

Esto no impidió, finalmente, que ambos partidos llegaran a un acuerdo para impulsar la moción de censura. El registro de la misma se fijo para este lunes a las 11:30 horas. A priori, una victoria para Pardo, ya que había dado preeminencia a un acuerdo con el PP. El malestar en parte del partido se elevó, al entender que la posición de fuerza con la que partía Cs en esta negociación se había diluido como un azucarillo. Un malestar canalizado que se ha transmitido a las instancias más altas dentro del partido. Hasta llegar a la dirección nacional, donde, según fuentes de Cs , imperó la sensación de que no se había apretado al PP lo suficiente.

Marín culpa al PP

El gatillazo político del pasado lunes, cuando Cs se ausentó de la firma acordada, fue justificado ayer por el propio Marín. Desde Cádiz, donde el presidente de Cs participó en un encuentro con militantes, culpó al PP de no prescindir de uno de sus concejales en Nerja que, eso aseguró, estaría imputado por prevaricación. En el PP aseguraron ayer que es algo que no había sido un problema hasta entonces, y que no se iba a obligar a nadie a dejar su acta, siempre y cuando no se le abra un juicio oral, tal y como dictaminan los estatutos del partido.

Algo que corrobora el hecho de que ha habido sectores dentro de Ciudadanos en Málaga que habrían trabajado para boicotear el acuerdo con el PP, tal y como se planteaba. Una moción de censura, por ahora frustrada, que habría puesto en duda la capacidad de Pardo para fijar la estrategia política adecuada.