Vecinos de las avenidas Mediterráneo y Andalucía del casco histórico de Rincón de la Victoria han mostrado su malestar por la proliferación de casos de viviendas asaltadas por okupas desde este pasado verano. «No es sólo que dañen la imagen de nuestro municipio, es algo más grave. Hablamos de tráfico menor de drogas, a la vista de los menores que a diario pasean delante de estas casas, de ruidos por las noches y de la proliferación de los pequeños hurtos en los establecimientos comerciales».

Los portavoces vecinales sostienen que en las últimas semanas se han dirigido al Ayuntamiento para recibir respuesta acerca de esta demanda. «Sabemos que entramos en un tema complicado, porque la propiedad es privada y el Ayuntamiento no puede actuar directamente», manifiesta una de las vecinas que se han dirigido a este periódico.

Precisamente el equipo de gobierno abunda en este último aspecto. «No consta de manera formal queja alguna por escrito, ni en Alcaldía, ni en la Jefatura de la Policía Local ni tampoco a través de las asociaciones de comerciantes o de carácter social que existen en el término municipal. Las quejas vecinales deben en cualquier caso tramitarse a través de la Jefatura de la Policía Local, o bien directamente en Alcaldía o en las distintas tenencias», apuntan fuentes del grupo del PP.

Los vecinos insisten en que esta problemática no es nueva y ponen como ejemplo un caso ante el que también tuvo que salir al paso el actual regidor, Francisco Salado, en el anterior mandato. «En Torre de Benagalbón vimos cómo era habitado por okupas un edificio completo. Hubo en la barriada de los Fernández varias familias que se instalaron en los bajos de ese inmueble, a raíz de unos embargos a la constructora Aifos», expresan.

«Parece que el Ayuntamiento no recuerda lo que pasó hace menos de cinco años, pero estamos en una situación parecida, aunque ahora no vayamos a recurrir a la seguridad privada, como pasó allí», señala otro de los vecinos, que no quiere facilitar su nombre por miedo a posibles represalias de estos okupas.

Manifiesta que la forma de proceder es siempre la misma: «En la actualidad los okupas tienen el perfil de jóvenes sin trabajo, que enganchan irregularmente la luz por los que no tendrán que rendir cuentas con los tribunales ordinarios, hablando de la vía penal».

No son en absoluto violentos, ni son nativos del municipio, «pero en los últimos meses han molestado al vecindario, con sus fiestas nocturnas, un ruido que no deja vivir a los vecinos, y algún que otro mal gesto cuando se les pregunta sobre hurtos que han cometido a la vista de todo el mundo». Por este motivo, los vecinos ruegan a los agentes policiales que actúen de oficio, incluso «comunicando los enganches ilegales a las empresas suministradoras de luz o de agua».