Cerca de 2.000 personas despidieron este martes a Salvador Fernández Marín, alcalde de El Borge que este miércoles hubiese cumplido 48 años de edad y que anteayer apareció muerto en su propia finca.

Numerosas autoridades participaron en el cortejo fúnebre que minutos antes de las cinco de la tarde partió del tanatorio municipal con destino a la parroquia borgeña, donde se celebró la misa funeral. Entre las personalidades que arroparon a familiares y allegados estaban la subdelegada del Gobierno, María Gámez, así como los consejeros de Agricultura y Empleo, Rodríguez Sánchez de Haro y Javier Carnero, respectivamente.

Asimismo acudió a la localidad el delegado del Gobierno andaluz en la provincia y exregidor del municipio vecino de Almáchar, Francisco Fernández España, o los delegados territoriales de Agricultura, Cultura y Medio Ambiente, Javier Salas, y los también axárquicos Monsalud Bautista y Adolfo Moreno Carrera, respectivamente.

Hubo multitud de regidores y concejales de pueblos de la Axarquía, así como diputados y parlamentarios, como fueron los casos de Marisa Bustinduy, Miguel Ángel Heredia o Francisco Conejo.

El consejero de Turismo, Francisco Javier Fernández, trasladó sus condolencias a la familia, vecinos de El Borge y compañeros de Salvador Fernández, que trabajaba en la empresa pública Turismo y Deporte de Andalucía. «Su muerte ha teñido de amargo la World Travel Market», dijo.

El presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Axarquía y alcalde de Iznate, el socialista Gregorio Campos, decretó un día de luto oficial por la muerte de Fernández Marín. También se colocó un crespón negro en la institución comarcal y sus banderas ondearon ayer a media asta.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, mostró su pesar por la muerte del regidor borgeño y expresó su pésame de la siguiente manera a través de Twitter: «No me salen las palabras del dolor que siento al enterarme de la muerte de mi compañero Salvador. Pienso en su familia, en sus vecinos de El Borge y no puedo imaginar cómo lo estarán viviendo».

Multitud de vecinos comentaron los avances que en los últimos años ha experimentado el municipio, con Fernández Marín como regidor. En especial subrayaron el logro conseguido mediante la protección universal obtenida para la pasa moscatel, principal producto agroalimentario de la localidad y de los municipios limítrofes.

Autopsia

Según fuentes de la investigación, la autopsia practicada al cadáver del alcalde no mostraba ningún indicio contradictorio con el suicidio, algo que también habían avanzado sus compañeros de corporación.

Fernández Marín tenía que haber acudido al pleno que a última hora de la tarde estaba convocado en el Ayuntamiento de El Borge para configurar las mesas electorales de los comicios autonómicos.

Su mujer, después de que él mismo le hubiese indicado que se iba a «regar los árboles al campo», empezó a intentar contactar telefónicamente con él una vez que se acercaba la hora prevista para la sesión plenaria.

«Todavía no nos lo explicamos», relataba una vecina. «Por lo visto su hijo, que estudia en Osuna y que pasó el fin de semana aquí, se enteró por un grupo de Whatsapp. La madre le había dicho que se viniera al pueblo porque su padre había tenido un accidente sin importancia. Nos han comentado que el hijo, al leer el rumor de que había fallecido su padre, les dijo a los demás en el grupo que no era cierto. Y mira con lo que se encontró al llegar aquí», matizaba otro allegado a las puertas de la parroquia.

Fernández Marín trabajaba en Turismo Andaluz, labor que compaginaba con su cargo institucional en el municipio. Anteayer por la mañana participó en un acto público en su propia localidad, dentro de las actividades de la precampaña, en compañía del diputado provincial socialista Antonio Yuste y del diputado nacional Miguel Ángel Heredia.

Era hijo de Antonio Fernández, que también fue alcalde de El Borge entre los años 1979 y 1995. Estaba casado y sus inicios como concejal se remontan al año 2007.

Después de participar activamente en la vida pública de su localidad y permanecer cuatro años en la oposición, en 2011 concurrió a las municipales como candidato socialista a la Alcaldía y logró desbancar al que durante 16 años y de manera consecutiva se había mantenido como regidor de IU en la localidad, José Antonio Ponce.

Un amigo desde la niñez de Fernández remarcaba su buen humor, su extraordinaria capacidad de trabajo y la ausencia de incidencias en su ya dilatada etapa política como regidor. «No tenía enemigos. Nadie puede encontrar a alguien que verdaderamente hable mal de él. Se llevaba estupendamente con su mujer, mimaban los dos a su hijo y pasaban juntos todo el tiempo que podían. Era una familia ejemplar. Y tampoco cabe en lo que haya podido hacer el término premeditado, puesto que fue encontrado a la vista de cualquier persona que pasara por allí, cerca de la finca, por ejemplo al pasar el campo de fútbol. Es algo muy duro, difícil de asumir, como ha dicho la presidenta de la Junta y durante estos dos días nos estamos repitiendo una y otra vez», remarcaba con gesto emocionado. Como prueba de su empatía como ciudadano de la Costa del Sol más oriental, la presencia en el funeral de numerosos cargos de todo el arco político.