La localidad axárquica de Alcaucín está muy pendiente de la evolución de las negociaciones para la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea. Teme bajar de los algo más de 2.000 habitantes actuales y, como consecuencia directa, perder dos de los 11 concejales que actualmente conforman el pleno del Ayuntamiento. En este municipio, la cuota británica es en porcentaje bastante significativa, al albergar en el padrón más de 700 residentes de dicha nacionalidad.

El alcalde, Mario Blancke (Cs), recuerda que la inminente entrada en vigor del Brexit también va a tener un efecto inmediato en los comicios municipales, ya que los votantes británicos, que no pueden ejercer este derecho democrático en comicios como los autonómicos, tampoco podrán votar en las elecciones locales. «Sabemos que hay grupos políticos, en Alcaucín mismo, que se alegran de esta circunstancia. Es algo que no comprendemos, porque lo ideal es que cualquier vecino de cualquier nacionalidad participe de la elección de sus representantes municipales», denuncia.

Blancke expresa que en su localidad o en Mijas, el municipio con mayor número de británicos de la provincia malagueña, con más de 13.000 empadronados, la preocupación sobre el futuro de la comunidad británica es máxima. Este regidor belga agrega que recientemente mantuvo una reunión con su homólogo mijeño y, además, compañero de siglas políticas, Juan Carlos Maldonado, al objeto de «analizar los cambios que generará el Brexit» en cuanto a la bajada del padrón y las consecuencias económicas que acarreará para las arcas públicas.

En efecto, desde que se votase en tierras británicas a favor de la salida de la Unión Europea, el término mijeño ha sufrido un descenso próximo a los 3.000 habitantes en cuando a la cuota local de residentes foráneos.

No obstante, por la configuración de los ediles en las corporaciones en función del número de habitantes, Mijas no teme bajar de sus 25 concejales, puesto que está lejos de los 50.000 que representan el límite para bajar a 21 ediles. En términos porcentuales, la situación en Alcaucín es mucho más drástica. La localidad axárquica superó el listón de los 2.000 habitantes en 2005 y en plena crisis se aumentó hasta casi 3.000. Pero en los dos últimos ejercicios se ha reducido el número de personas empadronadas a un ritmo de un centenar por año.

De unos 2.500 se ha pasado a poco más de 2.250 y el descenso es aún más significativo si recordamos que hace apenas un lustro se superaba todavía la barrera de los 2.800 vecinos en el registro municipal. «De todas formas queremos en este momento, antes de poder sacar conclusiones definitivas, saber si la presidenta británica saca adelante el documento para marcar los plazos definitivos del Brexit duro que anuncian muchos medios. Queda bastante por debatir, teniendo en cuenta que May no tiene la mayoría en las cámaras en las que se debe dar luz verde al escrito presentado por la Unión Europea en estos últimos días», detalla el propio alcalde de Alcaucín.

A las voces de los regidores se les unen en estos días las de portavoces de colectivos de residentes, precisamente con sedes en estas dos localidades. Británicos que son una amplia mayoría en la asolación axárquica Soha, que nació hace más de una década para defender la legalización de las viviendas adquiridas en suelo no urbanizable, confían en que autoridades británicas y europeas resuelvan el Brexit, sin dañar los intereses de quienes ya suman décadas de residencia en España.

Blancke fue precisamente secretario de Soha antes que edil de Los Verdes en Alcaucín o que candidato y regidor por Cs en su municipio adoptivo. Pero como él y la asociación a la que pertenece también alza la voz el colectivo mijeño Brexpats in Spain, con la misma intención de que se despeje la incertidumbre actual que ha propiciado que miles de británicos, de avanzada edad e incluso más jóvenes, hayan optado por regresar a su país de origen, temerosos «de perder las pensiones de las que disfrutan, o con la amenaza de no poder cobrarlas a partir del próximo año si no se consigue frenar el Brexit duro que tiene sobre la mesa la Unión Europea».

Muchas incógnitas, pero la certeza de que habrá un antes y un después de la anunciada salida.