Integrantes de dos familias residentes en un complejo turístico de Calaceite, situado en las inmediaciones del lugar donde la pasada semana se desprendió una roca de grandes dimensiones sobre la antigua CN-340, regresaron ayer a sus domicilios después de que de forma cautelar fuesen desalojadas el pasado domingo.

Ante las abundantes lluvias de la pasada semana y el leve corrimiento de terreno que registró el patio comunitario contiguo a sus apartamentos, varios afectados optaron por realojarse en otros inmuebles. El alcalde de Torrox, Óscar Medina (PP), indicó que la urbanización en cuestión casi está deshabitada en estas fechas, a diferencia del periodo vacacional. Pero desde el primer instante se le ha prestado ayuda a los propietarios para «analizar junto a los técnicos municipales el estado de los inmuebles».

Al cierre de esta edición y después de un encuentro entre responsables públicos y los propios técnicos, el Ayuntamiento indicó que no es necesario el desalojo de los apartamentos turísticos afectados. «Las zonas que en peor estado se encuentran son patios comunitarios y no existe riesgo para las personas que habitan esta urbanización», expresaron dichas fuentes municipales.

En cuanto al estado de la carretera que une Nerja y Torrox-Costa, precisamente a la altura de esta urbanización, los técnicos insistieron en que aún es pronto para poder evaluar el estado del talud contiguo a la vía que la pasada semana quedó cortada al tráfico. El desprendimiento de una roca de 5 toneladas hace temer por la estabilidad de la montaña y a priori se va a mantener interrumpido el tránsito de vehículos hasta finales del próximo mes de diciembre o las primeras semanas del nuevo año.

Así lo confirmó otro de los responsables técnicos que en su día se encargó del desarrollo de este sector urbanístico torroxeño.