La barriada de El Palo, en la capital, y la localidad de Totalán, con sus apenas 700 habitantes, superaban anoche la treintena de horas de angustia y sorpresa, con la esperanza de que todavía pueda ser localizado con vida el pequeño Julen. En el entorno de las Cuatro Esquinas del barrio de la capital malagueña reside la familia del niño de apenas 2 años que el domingo, pasadas las dos de la tarde, se precipitó en una finca rural del pueblo axárquico por un pozo de más de 100 metros de profundidad.

Ambos núcleos poblacionales permanecían ayer consternados ante el accidente en el que de repente se transformó una comida familiar en el campo. En El Palo, los abuelos de Julen son bastante conocidos. Muchos de los vecinos que los conocen «de siempre» manifestaban que no es la primera vez que los padres viven una situación tan grave. En este sentido recordaban que hace menos de dos años, en 2017, ya perdieron a otro hijo, por entonces de 3 años de edad, como consecuencia de «una especie de muerte súbita, un paro cardíaco que ni los médicos supieron predecir».

«No estás todavía plenamente recuperado de un mazazo así, el de enterrar a un niño tan pequeño y ahora te ocurre esto. Estamos en el barrio muy tristes», expresaba uno de los vecinos de la abuela del pequeño Julen. La mayoría prefiere guardar silencio, igual que en Totalán, donde la mañana fue de las más negras que se recuerdan.

«Apenas hay gente hoy en la calle. Todo el mundo está siguiendo por la tele lo que vaya diciendo el gobierno sobre este accidente», señalaba Antonio Domínguez, un carpintero de Rincón de la Victoria que el domingo a las dos escuchó el «ir y venir» de bomberos, «sin imaginar lo que había pasado en el cerro que tenemos justo entre Olías y Totalán».

El municipio axárquico despertó así «con la pesadilla» aún en la mente, por un tenso y de momento infructuoso rescate. Muchos de los ciudadanos se extrañaban, sobre todo, acerca de las reducidas dimensiones del pozo. Al respecto, un técnico de la localidad expresaba que en este tipo de perforaciones para buscar agua, «lo normal, porque si no encarece mucho la obra, es que se use maquinaria con 22 centímetros de diámetro. Es lo normal, por lo que difícilmente cabría por ahí el niño».

Mientras las labores de rescate se intensificaban, con la incorporación de maquinaria pesada para abrir un segundo pozo de mayor diámetro y contiguo al existente, el Ayuntamiento retiraba justo ayer toda la decoración navideña. «Está bien que quiten la iluminación con el felices fiestas. Es un día muy triste para Totalán», agregaba una de las vecinas.

La tranquilidad casi perenne de este pueblo enclavado en el extremo más occidental de la comarca de la Axarquía, limítrofe con Málaga capital, se vio este domingo rota, «con la duda de todo lo ocurrido. Hay descuidos que se pagan caros. A los niños hay que tenerlos siempre muy vigilados», matizaba un conserje.

A las puertas del propio Consistorio, Luis García, un repartidor con familia en la localidad, agregaba que los padres del pequeño «no tienen vínculos de sangre con nadie del pueblo, de manera que lo poco que hemos sabido es por los medios de comunicación».

El equipo de gobierno se remitió durante toda la jornada a la información facilitada por la Subdelegación del Gobierno. «Es algo para lo que no hay antecedentes. Las labores son muy complejas», se limitaba a argumentar un funcionario público. También expresaba que el terreno donde se ha producido el accidente no es muy estable bajo superficie, por lo que es lógico que se hayan producido derrumbes dentro del pozo.

«Totalán es un pueblo con poco caudal de agua. Dependemos de cuando sube el río o de conducciones de Málaga o La Viñuela. Se ve que ahí tampoco encontraron agua cuando perforaron», aseveraba otro vecino con la vista puesta en el cerro que coronaban desde primera hora de la tarde de este pasado domingo varios vehículos de Bomberos y de la Guardia Civil.

En esas labores para tratar de localizar al niño también trabajan de manera intensa efectivos del 112, efectivos especializados en rescates dentro del Consorcio Provincial de Bomberos, voluntarios de Protección Civil, una unidad del Equipo de Rescate e Intervención de Montaña (EREIM) de Álora y Granada, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil o una dotación de bomberos de Málaga capital.

Pero a todo este dispositivo de más de un centenar de personas se le unieron a lo largo del día empresarios del propio municipio axárquico, de otras localidades costasoleñas y también se esperaba, al cierre de esta edición, la llegada de operativos de empresas privadas de distintos puntos de Andalucía e incluso que se dirigían desde Cataluña, para cooperar en estas difíciles tareas.

En España no existen antecedentes, según esas mismas empresas, pero en otros países se ha logrado recuperar con vida a personas en circunstancias parecidas incluso cuando se había superado la barrera de las 48 horas.