Derrumbado anímicamente y con la esperanza todavía viva. El padre Julen, José Rosello, ha hablado esta mañana públicamente por primera vez y con el cansancio físico y mental acumulado por días de mucha tensión y espera. Lo ha hecho acompañado de Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, que se ha desplazado para apoyar a los padres.

"Está siendo eterno, mi mujer está rota. Estamos muertos", insiste José, que sigue con la esperanza viva de abrazar a su hijo. Eso no le impide ser crítico con el dispositivo de búsqueda, al que achaca la lentitud para disponer de maquinaria adecuada desde un primer momento. "Si me he quejado de algo es de que no han tenido medios en un primer momento", insiste el padre de Julen, que insiste en que no se paren los esfuerzos "hasta que saquemos el niño de ahí dentro".

"Tenemos un ángel que va a ayudar a que mi hijo salga vivo de ahí lo antes posible", señala en referencia a su hijo mayor, Oliver, fallecido de forma súbida a los tres años en abril de 2017. "Sigo conservando la esperanza de que mi hijo siga vivo", manifiesta José Rosello.

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Los padres de Julen comparecen para hablar del rescate

"Estoy viendo un poco de luz y que están avanzando", señala José Rosello, que mostró su agradecimiento a la prensa. "Sé que tanto la Guardia Civil como los bomberos están trabajando sin parar, con una mención especial por la ayuda del Colegio de Psicólogos que está siendo impresionante, y la queja que he podido tener no es con ellos", afirmó el padre de Julen visiblemente afectado.

"Nos agarramos y no perdemos la esperanza", insiste José Rosello, quien se mostró muy agotado tras cuatro días de espera, como él mismo reconoció, que señaló que "parece que han pasado meses", al tiempo que reiteró su agradecimiento por el trabajo que se está realizando.