Cinco días se cumplen este jueves desde que una oleada de solidaridad bañó toda España y empezó a sonar con mucha fuerza en todos los rincones del planeta. Este miércoles, de nuevo, televisiones internacionales de los cinco continentes conectaron en directo con Totalán. Julen nunca ha estado solo, pero ahora tiene junto a él más apoyos de los que jamás pudo imaginar un niño de tan solo dos años de edad.

Las muestras de cooperación se evidenciaron desde las primeras horas. Decenas de empresas especializadas en rescates y movimientos de tierra se ofrecieron a las autoridades para agilizar unas tareas que luchan contra el reloj y las dificultades técnicas del terreno. Pero en este día incluso se echaron a la calle casi un centenar de los algo más de 700 vecinos de Totalán, al tiempo que mostraban pancartas de apoyo.

Fue la respuesta añadida a una interminable lista de ejemplos de solidaridad, como los que llegaron el martes desde Asturias, en forma de brigada minera para excavar en el último momento esos metros finales, allí donde las máquinas no han suplantado aún el calor del hombre, que conduzcan hasta Julen.

Leer las proclamas exhibidas por los vecinos del municipio en el que se trabaja a destajo con una única esperanza, la de rescatar al pequeño con vida, lo decían todo. «Que te rescaten bien», mostraba una de las pancartas. «Todos somos Julen», se podía leer en otra. Una marcha pacífica desde el pueblo hasta las inmediaciones del pozo permitió ver el grado de implicación de la sociedad local de Totalán. Hubo hasta lágrimas de emoción, sobre todo cuando una vecina de 24 años de edad, Cristina Calderón, tomó la palabra para leer un manifiesto.

Expresó el apoyo a los padres del pequeño Julen, a los más de 100 profesionales y voluntarios que luchan desde el lunes contra las fuerzas de la naturaleza y las presiones externas típicas de este tipo de rescates. Incluso utilizó una metáfora final, para remarcar que en ese maldito pozo «de alguna manera estamos todos». También los medios de comunicación, en forma de altavoces, como expresó horas antes el padre de Julen, José Rosello. Cristina apuntó que ayer ella misma, con la colaboración de «la prensa», se convirtió en «la voz de un pueblo que está viviendo una pesadilla».

«Tenemos a Julen en nuestros pensamientos desde que empieza el día y en cada minuto», finalizó. Al instante se alzaron las pancartas: «Sé fuerte», «Estás en buenas manos», «Te queremos», «Ánimo Julen». Las cartulinas multicolores estaban además adornadas con corazones, flores y hasta maquinaria pesada, que los más pequeños habían elaborado durante la jornada lectiva.

«Fuerza, Julen. Totalán está con vosotros» fue el lema elegido para que se quedase como testimonio de la marcha justo a la entrada del pueblo. A pocos metros de allí, en una nueva mañana fría, típica de mediados de un mes de enero, horas antes ya habíamos podido escuchar otro mensaje para la esperanza, el del hallazgo de ADN de Julen en el pozo. La subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, había añadido fe a tal circunstancia: «Sabemos que puede estar cerca», manifestó.

No obstante, la jornada no fue la mejor, desde el punto de vista técnico, como consecuencia de los deslizamientos que durante la madrugada complicaron las tareas para abrir el túnel horizontal que habían fijado el martes los ingenieros como prioritario.

Fue un cuarto día duro, porque se tuvieron que estabilizar hasta las plataformas sobre las que tenían que empezar a trabajar las maquinarias pesadas. Si el tercero estuvo marcado a última hora por la llegada de una brigada minera, así como por las voces desesperadas de la familia y del Ayuntamiento por incorporar más medios, el segundo había sellado esa ola de solidaridad iniciada el domingo. Ojalá que este quinto día arroje más luz para dar con Julen.