Un hueco de unos 15 metros en la profundidad del pozo donde cayó Julen en Totalán. Eso es lo que ha detectado el georradar de la empresa sueca Stockholm Precision Tools en el primer análisis que ha realizado sobre el terreno donde se encuentra el pozo. Este dato es al que se agarra el dispositivo de rescate para mantener la esperanza de encontrar al niño, pese a las enormes dificultades técnicas que entraña la excavación del túnel horizontal, donde se produjo un corrimiento de tierra esta madrugada por la inestabilidad del terreno.

El análisis del georradar, al menos, ofrece una posibilidad. La oquedad se encuentra justo debajo del tapón que bloquea el acceso a Julen y tiene capacidad suficiente para que el niño pueda estar. Una vez identificada su situación, el túnel de rescate se puede dirigir con más exactitud para llegar a la ubicación de Julen.

Este primer acercamiento con georradar también arroja otro elemento positivo, como es que se descarta que haya agua, aspecto que podría haber complicado la supervivencia del niño. Es verdad que el terreno está húmedo y es inestable, pero al menos no hay acumulación de agua en el fondo.

Hay que recordar que este georradar es uno de los más potentes y exactos del mundo y ya se utilizó para el rescate de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados en una mina durante 69 días. Además, el presidente de los espeleólogos andaluces, José Antonio Berrocal, explica que el niño podría aguantar hasta 10 días dentro del pozo, resaltando que el tapón suele ser permeable y dará paso al aire.