El ritmo de trabajo de ayer para llegar a Julen fue desesperante. En el turno de trabajo diurno la excavación de la plataforma avanzó a sólo 30 centímetros por hora. Si a última hora del jueves se había rebajado la cota inicial desde el nivel del pozo hasta apenas 15 metros, al mediodía se encontraba en 18. Pero es que a las siete de la tarde se hallaba aún en 22 metros. Si la perforación para abrir al menos uno de los dos pozos paralelos no podía iniciarse antes de la cota fijada por los 25 metros, la desesperación frente a la «extrema dureza» de la pizarra encontrada creció a medida que avanzaba la tarde de este viernes.

Sobre todo desespera la contrarreloj que también está marcada a raíz de las previsiones de lluvia de esta tarde: 10 litros por metro cuadrado como total acumulado con el frente que barrerá la Costa del Sol y más concretamente la zona de Los Montes de Málaga a partir de las seis de la tarde. Pero no todo fueron noticias pesimistas. Frente a los malos augurios de la mañana, al filo de las doce del mediodía alcanzaba Totalán la más potente perforadora que, según los técnicos, podía desplazarse hasta esta localidad. Un camión de la categoría especial sorteaba las últimas curvas desde la autovía A-7 con la enorme maquinaria que hasta el jueves desarrollaba su labor en las obras de una de las circunvalaciones de Madrid.

Dicha perforadora estaba lista al cierre de esta edición para acometer los trabajos de uno de los dos pozos verticales previstos. El otro, al igual que la galería horizontal, aguardarán a que los trabajos preparatorios sean menos complicados. De las tres vías para afrontar el rescate de Julen, finalmente tomará la delantera una de ellas. Pero también podrá retomarse hoy, como avanzó el delegado en la provincia del Colegio de Ingenieros de Canales, Minas y Puertos, Ángel García Vidal, las obras de succión del pozo donde se localiza Julen, interrumpidas como consecuencia de los trabajos para la excavación del monte y posterior elaboración de la plataforma para perforar el subsuelo junto a dicho pozo.

García Vidal insistió en que se ha hallado un terreno aún más complicado del previsto, con esa pizarra durísima a casi 20 metros de profundidad. No obstante, se pudo ayer rebajar el terreno hasta alcanzar la cota menos 25 metros, algo menor a la inicialmente proyectado, para facilitar la perforación del túnel.

El ingeniero reconoció que incluso con la perforadora habrá dificultades para atravesar nuevos estratos de pizarra, de manera que se tendrán que cambiar varias veces la cabeza perforadora por el desgaste previsto. En todo caso, apuntó que en condiciones normales un pozo de estas características se suele realizar en unas 18 horas, plazo que esperan que se cumpla para evitar coincidir con la amenaza de lluvia.

No obstante, tienen planteado establecer un sistema de drenaje para que el agua que pueda entrar salga rápido. «Arriba va a haber instaladas dos perforadoras por si acaso haya alguna avería», agregó el responsable técnico, quien insistió en la complejidad de los trabajos, ya que hubo que improvisar hasta el arreglo de los caminos de acceso para permitir que subiera la maquinaria. De hecho, se trabajaba ayer con 12 máquinas, «que son las más potentes del mercado y están viniendo más, aunque habrá que gestionar su presencia porque no hay espacio para más y se pueden estorbar».

Previsiones para Totalán

Los técnicos barajan las seis de la tarde de este sábado como horario límite para iniciar los trabajos manuales de la Brigada Minera de Salvamento de Hunosa, que desde el pasado martes aguarda en Totalán para empezar a trabajar. Se trata de que comiencen a excavar a mano una galería horizontal de 3,5 a 4 metros antes de que la lluvia haga acto de presencia.

A las dificultades orográficas del cerro donde se localiza el pozo que desde el domingo tiene en su interior a Julen hay que añadirle ahora esa amenaza de precipitaciones de débiles a moderadas. Al objeto de solventar esta circunstancia se ha establecido una especie de contrarreloj contra la amenaza meteorológica. Como confirmaron fuentes de la comisión técnica, el tiempo apremia para salvar a Julen y la lluvia introduce una presión añadida.

«No es un obstáculo insalvable para la evolución de las perforaciones previstas, pero con las características del terreno es preferible que con la lluvia estemos ya en la fase final de construcción de al menos una de las dos galerías horizontales, de tres y medio a cuatro metros, que conduzcan hasta Julen», expresaba uno de los ingenieros consultados.

Acerca de los plazos para poder llegar hasta donde está el pequeño, las mismas fuentes son cada vez menos precisas. El objetivo es alcanzar la parte baja del pozo el lunes, pero el trabajo de los mineros será extremadamente delicado y bastante lento.

Entre las herramientas que se han añadido al dispositivo, el geolocalizador de última generación incorporado «ha permitido determinar que el pozo donde cayó Julen tiene una desviación de unos 61 centímetros entre la boca y el fondo, lo que también les servirá a los ingenieros y sobre todo a los mineros «para afinar los cálculos respecto de las actuaciones a acometer», como expresó García Vidal en rueda de prensa.

Al menos 24 horas añadidas

El trabajo de los mineros tomará al menos un día de trabajo, por mucho que se intensifique su labor, debido a que la galería deberá ser picada manualmente, sin opción alguna de utilizar explosivos para no interferir con el pozo original, donde se encuentra el niño de dos años, pero además tendrá progresivamente «que ir añadiéndose maderas a su estructura», según matizó ayer uno de los integrantes de la comisión técnica.

Todo apunta a que la Brigada, si hoy la evolución de la perforación es la esperada, empleará al menos las 24 horas siguientes en acceder hasta Julen.