El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, subrayó durante la presentación de una campaña de la Guardia Civil que, pese a las dificultades orográficas para rescatar a Julen, «los problemas es obvio que se están solventando con la mayor de las profesionalidades». En este sentido, subrayó la «obra de ingeniería que se está realizando en un tiempo récord, porque el objetivo lo merece».

Asimismo, remarcó que la Brigada Central de Salvamento Minero con sede en Asturias, encargada de realizar el último de los trabajos de la obra civil, deberá «descender con todas las medidas de seguridad para los mineros, para Julen y para todos». Grande-Marlaska realizó estas declaraciones al tiempo que determinados medios nacionales cuestionaban las fórmulas para acceder hasta el pequeño. El retraso acumulado, de hecho, movilizó ayer hasta Totalán a periodistas franceses que hasta el momento no habían cubierto de manera presencial este rescate inédito en España.

El ministro agradeció explícitamente su labor a la Guardia Civil, así como a las distintas instituciones y organismos implicados en el rescate, al igual que a los colegios oficiales o la propia Brigada de Salvamento asturiana. «Estos serán los encargados de dar un último empujón para poder localizar y traer a Julen».

No ocultó que las dificultades en estas labores de rescate aparecieron «desde el primer momento», especialmente como consecuencia de la «orografía del terreno». De hecho, los imprevistos de ayer partieron de la extraordinaria dureza que presentaban los estratos inferiores de la galería vertical, repletos de «materiales extraordinariamente duros», como pizarra o cuarcita.

Continúa la investigación

Mientras tanto ayer se conocieron nuevos detalles sobre la investigación abierta, como corresponde a la mayoría de los casos de desapariciones que llegan a manos de la Guardia Civil. Por ejemplo, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) encargados de la recopilación de pruebas sobre la caída de Julen intenta ahora dirimir qué obra se hizo antes, el pozo al que cayó el pequeño de dos años el domingo 13 de enero o bien la zanja que aparece en la finca, junto al propio pozo, nada más llegar al lugar los agentes que fueron alertados a través del 112.

Dicho aspecto puede resultar determinante para la correspondiente investigación porque podría dar veracidad a la declaración del pocero, Antonio Sánchez, que durante su declaración posterior al accidente manifestó que en su día selló el orificio y que su actuación fue modificada posteriormente.

Los agentes también han interrogado con posterioridad a que se produjese el suceso al dueño de la finca, pero en su caso no ha trascendido ningún detalle acerca de la declaración, que podría asimismo ser clave para determinar cualquier responsabilidad.