Febrero de 1979. El ya afamado director Antonio Mercero pone en marcha los preparativos para rodar la serie que acabaría por marcar la otra transición española, la de una televisión que empezaba a inculcar aires de libertad a una generación entera. Que hubiese elegido Nerja como escenario de esta producción, sin saberlo, iba también a cambiar para siempre el futuro turístico de lo que había sido hasta entonces un pequeño pueblo de pescadores y agricultores.

Si hace un mes la Cueva de Nerja conmemoraba el 60 aniversario de su descubrimiento, estas semanas se cumplen 40 años de un momento no menos trascendental para el municipio más oriental de la provincia. El restaurador local Francisco Ortega Ayo, al que Mercero le dedicó uno de los capítulos de Verano Azul, recuerda que el rodaje comenzó el 21 de agosto de 1979. Pero en febrero comenzó el trabajo previo de producción, ya que la grabación de 19 de los 20 capítulos previstos requeriría de dos años de trabajo.

«Los niños, por ejemplo, tenían profesores que les dieron durante esos dos cursos las correspondientes clases particulares», agrega un integrante del equipo de rodaje. Y así llegaría otra fecha fundamental, la del 11 de octubre de 1981, la víspera de la festividad nacional, al estrenarse el primer capítulo en la entonces primera cadena de TVE.

El 14 de febrero de 1982, efeméride de la que se cumplirán 37 años el próximo jueves, se emitiría el último de los capítulos. Pero qué ha sido de los integrantes de la inolvidable pandilla pasados estos 40 años. Ni Antonio Ferrandis Chanquete, ni Antonio Mercero han sobrevivido a este aniversario. Pero sí María Garralón Julia o Juanjo Artero Javi, que desde entonces se han labrado una exitosa carrera en la interpretación.

Ambos, además, son de los habituales «embajadores turísticos de Nerja». Suelen acudir a la localidad de la que se enamoraron durante el rodaje y compartir recuerdos y anécdotas con los nerjeños del elenco de Verano Azul: el mencionado Ayo y el más pequeño de todos, el único actor local de la pandilla, Miguel Joven Tito.

Este último trabaja en la actualidad como guía turístico en la Cueva de Nerja, tras un largo periodo dedicado a la hostelería. Su facilidad para divulgar los encantos de su Nerja natal le han valido el título de anfitrión ideal para el rodaje de espacios televisivos, nacionales e internacionales, o de reportajes promocionales de esta parte de la Costa del Sol.

Tampoco se dedica a la interpretación su inseparable compañero de travesuras, Miguel Ángel Valero Piraña. Después de varios rodajes posteriores a Verano Azul, cursó Ingeniería de Telecomunicaciones y actualmente ejerce de profesor universitario, además de impartir conferencias fuera de España.

Mucho más discreta es la faceta profesional de las hermanas Torres, Cristina y Pilar, respectivamente Desi y Desi Bea . Ambas cursaron estudios de enfermería y es habitual que las reconozcan en el centro hospitalario madrileño donde trabajan.

No obstante, de quienes menos se ha sabido, aunque se hayan dejado ver por el municipio nerjeño en más de un aniversario u homenaje colectivo al elenco de Verano Azul, es de los otros dos pandilleros: José Luis Fernández Pancho y Gerardo Diego Quique. El primero reconoció que había pasado una etapa muy oscura, de la que logró salir, y el segundo ejerce de fotógrafo profesional.