La flota de cerco de Caleta de Vélez, que integra la mitad de las embarcaciones de este arte en la provincia, retomó ayer su actividad al no haber obtenido con la huelga el propósito que buscaba, la eliminación de la cuota del 5% que los mayoristas exigen en los puertos malagueños como contraprestación a conceptos como la cofinanciación de los envases.

Los armadores axárquicos, además, han sido los últimos en secundar el paro, después de que los de otros puertos malagueños (Marbella, Fuengirola y Estepona) hubiesen desistido de sus protestas. Para los mayoristas esta huelga ha dañado significativamente la imagen del principal puerto por facturación de todo el Mediterráneo andaluz.

Consideran además que con los días de huelga no ha habido desabastecimiento, «como pretendían los pescadores, porque los compradores han podido ir a otras lonjas. Lo mismo que han tenido que hacer ellos los días que han pescado y han tenido que buscar otros mercados». El conflicto, a juicio de los mayoristas, hubiese podido cambiar la rutina de las compras en otras fechas. A estas alturas del calendario, la demanda de boquerón y de sardina es muy inferior a la de otras épocas.

Las protestas que comenzaron a principios de este mes de febrero se escudaban en que la cuota del 5% que a los pescadores les cobran los mayoristas, a partir de que se venden diez cajas, sólo se aplica en la provincia malagueña. Los armadores, después de unos días de paro, optaron por hacerse a la mar de nuevo y a no comercializar en las lonjas de la provincia sus capturas.

Al no lograr sus objetivos, los pescadores de Marbella, Fuengirola o Estepona declinaron en sus reivindicaciones días atrás.

Hasta ayer continuaban no obstante con sus protestas los integrantes de las 16 embarcaciones de cerco de Caleta de Vélez. Cuando faenaban, sus capturas de boquerón y sardina eran enviadas a otros mercados. Así lo intentaron con un primer envío a Almería, que fue boicoteado en plena labor de transporte. Luego lograron «colocar lo pescado» en otros mercados, aunque sin dar a conocer cuales. Pero la falta de acuerdo ha hecho momentáneamente arrojar la toalla y volver a faenar con normalidad.