El puerto del Mediterráneo andaluz más productivo, el de Caleta de Vélez, va a pagar los platos rotos del pulso que durante dos semanas han mantenido armadores de la flota de cerco y mayoristas. Muchos compradores han optado a lo largo de la pasada semana por recurrir a otros puertos malagueños, los de Marbella, Fuengirola y Estepona donde los pescadores desistieron de sus protestas, y a los de otras lojas de Andalucía o del Levante, al objeto de mantener surtidos de boquerones y sardinas los puntos de venta.

Los propietarios de las 16 embarcaciones de cerco de Caleta, la mitad de la flota de este arte en la provincia, han sido los últimos en confirmar que sus aspiraciones de eliminar la «comisión del 5% que a partir de la venta de diez cajas retienen los mayoristas». Ni siquiera llevar sus capturas a otros mercados ha permitido que los intermediarios se sienten a negociar con «voluntad de acuerdo». Al contrario, los mayoristas han impuesto a los pescadores el pago al completo de los envases, cuando hasta ahora, como excepción frente a otras provincias, se cofinanciaba entre unos y otros.

Los armadores han defendido a lo largo de estas semanas, como origen del conflicto, esa rebaja en sus ganacias, por importe de un 5% de lo facturado, al entender que no existe esa comisión en ninguna otra provincia. Pero los encargados de llevar el pescado desde la lonja hasta los punto de venta se escudan en que existen contraprestaciones como esa cuota por el envase, dentro de una «forma de trabajar» que lleva décadas implantada en Málaga.

Para algunos pescadores consultados por este periódico, «que una norma lleve mal muchos años no quita que se pueda renegociar, máxime cuando los costes para poner en el mar una embarcación, desde seguros sociales hasta combustible, han subido significativamente, frente a unos precios en origen del pescado que se mantienen estables».

«Al final es la muerte progresiva de un sector que no ha dejado de perder embarcaciones durante el último medio siglo y que está llamado a morir si seguimos por este camino», relata otro de los armadores. Es el mismo testimonio de la patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Caleta de Vélez y también vicepresidenta de la Federación de Cofradías de Pescadores de Málaga, María del Carmen Navas, que recuerda como agravante para la facturación global del puerto axárquico y del resto de los armadores malagueños «el catastrófico verano pasado, con el cierre masivo de los caladeros». El nuevo conflicto pesquero supone así «la puntilla a 12 meses para olvidar».