Numerosos vecinos volvieron a echarse ayer a la calle, convocados por la plataforma ciudadana por Benajarafe y Chilches, para defender el carácter municipal de la única parcela pública de la primera de estas localidades. El espacio se utiliza para las fiestas patronales, pero también es el único capaz de servir de aparcamiento cuando las familias llevan a sus hijos al colegio o acuden a las dependencias públicas para hacer cualquier gestión de su día a día.

Benajarafe alberga a alrededor de 3.500 vecinos que se sienten en general desasistidos. Así lo expresa una de las portavoces de la plataforma vecinal, Olga Rodríguez: «El alcalde nos ha recibido en más de una ocasión y parece no querer entrar en razón. Lo peor es que en ocasiones ha aludido a que muchas de las familias de esta zona no somos de la localidad, como si hubiese ciudadanos de diferente categoría. Y creo que se equivoca, no sólo porque para quienes no hemos crecido aquí es suficiente con poder demostrar que nuestros hijos son nativos», relató.

No obstante, entre los manifestantes que han participado en esta segunda movilización ciudadana, figuraban ayer hasta integrantes de las familias que en su día cedieron la parcela de Los Arquillos al Ayuntamiento. Expresaron por ejemplo que el uso de la misma, tal y como se les prometió, sería de interés público. Algo que choca con el interés del actual equipo de gobierno de enajenarla para reunir fondos que permitan llevar a cabo diversas inversiones.

«Se trata de la única parcela pública que queda libre en el núcleo urbano de Benajarafe. Y habíamos en parte respirado tranquilos, al saber que la única empresa que había optado a adquirirla, dentro del proceso de venta de parcelas iniciado hace meses por el Ayuntamiento, no había cumplido con los requisitos del pliego de condiciones. Sin embargo, volvemos a salir a la calle porque se nos ha informado de que el propio pliego establece que se pueden presentar nuevas ofertas hasta el mes de octubre», incidió Rodríguez.

Para los vecinos no basta con la palabra del regidor, sino que pretenden que se ordene definitivamente la anulación del procedimiento de venta de un espacio que incluso sirve cada sábado para instalar el mercadillo semanal. Este espacio público se halla entre las calles Campo de la Iglesia, Béjar y Zagra, con una superficie de casi 2.000 metros cuadrados.

La incertidumbre está basada, además, «en que ni siquiera la teniente de alcalde ha sido capaz de decirnos, en caso de venta, dónde se celebrará la feria o dónde se va a instalar el mercadillo, sin parcelas en la zona», concluyeron.