El grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga ha solicitado al equipo de gobierno que establezca «una prórroga razonable» a los concesionarios del antiguo Mercado de San Francisco, transformado en espacio gourmet, que al parecer no han cumplido con las expectativas o no se han ajustado a los parámetros del recinto gastronómico que se inauguró hace siete meses.

Según denuncian los propios concesionarios, el Consistorio pretende desalojarlos «con motivos como un supuesto incumplimiento en los horarios», cuando «ni siquiera ha sido capaz de tramitarse aún la preceptiva licencia de ocupación del inmueble». Para IU, la desesperación de los adjudicatarios nada más conocer que en pocos días tenían que retirar todos sus enseres y productos fue manifiesta en la última sesión plenaria.

«Pedimos que el gobierno encabezado por el alcalde, Antonio Moreno Ferrer, retome el diálogo con estos emprendedores, concediéndoles una prórroga que les permita retomar su actividad hasta que el proyecto del mercado vaya consolidándose», argumenta el portavoz de esta formación en Vélez-Málaga, Miguel Ángel Sánchez.

«En este caso no se puede ir con el reglamento en la mano contra unas personas que han invertido mucho más de lo que tenían creyendo en un proyecto ilusionante que no ha terminado de despegar todavía, precisamente porque el propio Ayuntamiento no ha cumplido aún con sus compromisos y obligaciones», agrega el edil.

El propio portavoz municipal de IU aclara: «Con la vista puesta en la Semana Santa y ante la necesidad de que estas personas no se vean abocadas a tener que dejar los puestos de los que son adjudicatarios con una enorme deuda a sus espaldas, lo que hemos planteado al regido veleño es que abogue por concederles una prórroga razonable para que puedan recuperar lo invertido y seguir contribuyendo con su actividad a la dinamización de toda la zona de San Francisco».

Empresarios y comerciantes del propio entorno del Mercado de San Francisco alegan que la gestión municipal en el actual mandato llegó «mal y tarde». Y critican también las órdenes de desalojo.