La brecha abierta entre los principales socios de gobierno en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga parece cada vez más profunda tras la decisión del GIPMTM de no suscribir la municipalización de la empresa pública Empvisa. Ayer, el líder de los independentistas torreños se opuso de manera frontal a la instalación de una planta para el reciclaje de escombros en las cercanías de la urbanización Viña Málaga.

Jesús Atencia arremetió duramente contra unas instalaciones ya presentadas en enero pasado y que han empezado a registrar unas primeras obras de desmonte. Esta planta corresponde al proyecto denominado Brick-Beach, basado en la economía circular y que pretende reciclar materiales de construcción, históricamente azotadas por los temporales por su falta de estabilización.

La inversión prevista en esta iniciativa, catalogada de proyecto estrella en el ámbito medioambiental, es de más de 5 millones de euros. Ya se anunció que la planta se localizaría «en las inmediaciones de la depuradora de aguas residuales», en una parcela de 16.000 metros cuadrados, para cuyas obras se necesitarían 600.000 euros.

Para socialistas y andalucistas, la reacción de Atencia, que es teniente de alcalde de Torre del Mar además de edil de Turismo y Playas, es «irresponsable y temeraria». Para ambas formaciones se trata de una «conducta electoralista, por la que parece querer alinearse ahora con los exalcaldes Delgado Bonilla o Antonio Souviron, candidatos del Partido Popular y Por Mi Pueblo, respectivamente».

Uno de los secretarios del PSOE veleño iba incluso más allá: «Aunque presume de darle lo mejor a la ciudad de Torre del Mar, sin contar que ha gobernado estos años gracias a los apoyos que ha encontrado en otros partidos, que ahora salga en contra de un proyecto que ya se presentó en su día es más propio de lo que le haya dictado estos días Souviron, que como bien se sabe es vecino de Viña Málaga».

Atencia remarcó que su partido no va a permitir «que se cometan más barbaridades en suelos cercanos a zonas residenciales». Matizó que en este momento el GIPMTM desconoce «el grado de contaminación ambiental que puede provocar esta planta de reciclaje de escombros». Pero abundó en los términos que ayer recogía de los vecinos del entorno, después de reunirse con un grupo de ellos. «Vamos a solicitar el cambio de ubicación, porque de momento no hay proyecto de ejecución. No vamos a permitir, estando en un gobierno municipal, que se cometan errores del pasado».

El GIPMTM también va a solicitar la autorización municipal, «si es cierto que se están acometiendo movimientos de tierra en la zona». Y criticó que el Brick-Beach, al que tilda de «experimento, no fuese firmado» en el pacto tripartito, a diferencia del resto de inversiones.