Ocho hombres de 21 a 60 años represaliados por el régimen franquista, cuyos restos se hallaron en dos fosas comunes en el cementerio de Alfarnate el pasado año aún sin identificar, recibieron ayer un entierro digno por parte del Ayuntamiento.

El alcalde en funciones, Salvador Urdiales, explicó que los restos permanecían en dependencias municipales mientras finalizan las pruebas de ADN para su identificación, pero consideró conveniente que volviesen al camposanto, «esta vez de una forma digna».

El Ayuntamiento, en colaboración con una empresa de servicios funerarios, trasladó las ocho cajas en un coche fúnebre. En la comitiva participaron vecinos y familiares de víctimas durante la Guerra Civil que aún no han podido localizar a sus allegados.

El regidor en funciones, que finaliza su carrera política este sábado, ha manifestado que no quería irse dejando este asunto pendiente, por lo que solicitó los permisos necesarios para el traslado y la correcta identificación de los restos en su nueva ubicación en el cementerio.

Urdiales precisó que de los seis cuerpos que se hallaron en la segunda fosa, cinco fueron represaliados el mismo día, el 3 de marzo de 1937, y el restante, el 12 de marzo de este mismo año.