Francisco Salado consiguió este sábado ser investido alcalde, tras obtener el respaldo del tripartito que integrará el PP junto a los dos ediles de Cs y otros dos de Por Mi Pueblo. El acuerdo le permitirá prolongar el gobierno que inició hace justo dos años, al prosperar una moción de censura que fue suscrita también por Ciudadanos y precisamente el grupo andalucista que ha liderado el ahora portavoz municipal de esa nueva formación que impulsara en su día el actual regidor mocarreño, Abdeslam Lucena.

El Partido Popular logró, después de un recuento posterior a la noche electoral del pasado 26 de mayo, ocho de los 21 ediles que integran el pleno rinconero. Salado tuvo palabras de agradecimiento para la portavoz de Cs, Elena Aguilar, y para quien ya ha sido socio suyo de gobierno desde 2017, José María Gómez (PMP). Recordó la importancia de poder prolongar el periodo de dos años en el que considera que se han puesto en marcha numerosos proyectos, además de un plan para poder sanear las endeudadas arcas públicas.

Remarcó no obstante que volvéra a establecer el diálogo como premisa para que la oposición en los próximos cuatro años pueda desarrollar una labor constructiva y aportar ideas a las muchas iniciativas que están por venir. Precisamente estará en las filas de la oposición el segundo partido más votado, el PSOE, con cinco ediles, así como los dos concejales obtenidos por Izquierda Unida, el único representante de Podemos y el que también va a ser el único edil de Vox.

Como principal novedad en la sesión de investidura destacó la ya anunciada ausencia del candidato de Izquierda Unida, Enrique Bonilla. A apenas 48 horas de la configuración del nuevo arco plenario presentó su dimisión por su «incompatibilidad laboral», al ser bibliotecario en una de las instalaciones municipales. Rocío Calderón es la nueva portavoz y José Luis Gómez lo sustituyó ayer.